Making Dens

En estos tiempos de grandes secretos a voces difundidos con celeridad por la red, los lapsos temporales que marca el pop británico parecen comprimirse casi hasta el absurdo. En esa frenética carrera por convertirse en la ultimísima nueva sensación, los londinenses Mystery Jets parten como integrantes del nuevo pelotón de perseguidores de atención (efímera, las más de las veces) mediática. Como factor que juega en su contra, cuentan con un contexto que bordea la saturación (ahora vamos con The Rakes, con The Kooks, con The Paddingtons o con…).

Como argumentos favorables para descollar entre tanto nuevo pretendiente, dos particularidades: su gusto por las excentricidades estéticas (reflejado en una portada que recuerda a las veleidades de paisanos suyos como British Sea Power) y un line up en el que padre (el guitarrista Henry Harrison, cincuenta y cinco años) e hijo (el veinteañero Blaine Harrison) se dan la mano. Pero más allá de trazas externas, el meollo de su propuesta radica en su radar para modular algunos temas infecciosos con madera de single, en los que el referente más inmediato podría ser Maxïmo Park (“You Can´t Fool Me Dennis” o “The Boy Who Run Away”), y, sobre todo, su inclinación en la segunda mitad del álbum por las enrevesadas y densas estructuras heredadas del rock progresivo.