"Las cosas del querer" es el debut de Maison Bélier, el dúo formado por Elsa Formisano (Lil Mama) y Juanlu Leprevost (Ojos de Brujo). Un álbum de once cortes en el que sacan a relucir toda su variedad estilística en la que encontramos tonos flamencos, de soul e incluso de reggae y otros tantos que se acercan al mestizaje.
Para empezar a adentrarnos en el universo de su trabajo, nos regalan esa primera “Intro” que nos lleva directamente a lo antiguo, a esa nostalgia donde guardamos nuestros mejores recuerdos. Es a partir de este momento cuando Leprevost toma el control de la música del resto de las canciones y la voz de Elsa se va adaptando de una forma genuina a todas ellas, una tónica que se va repitiendo por todo el álbum. Es un trabajo en el que, además, se atreven a mezclar hasta tres idiomas – catalán, castellano y francés – en un auténtico ejercicio de valentía, ya que lejos de quedar como un sin sentido, gracias a los diferentes, pero parecidos, estilos que van tocando, logran casarlos a la perfección.
En “Las cosas del querer” nos encontramos con tantos sonidos y emociones, que es imposible que pueda dejar indiferente a alguien. Podemos pasar de dejarnos llevar por el ritmo de “Besos con veneno” a emocionarnos con esa “Bufa el vent” para terminar en la esperanzadora e invernal “Febrero”, pero en todas ellas logran dejar un mensaje reflexivo sobre aquellas pequeñas cosas a las que tenemos que darle más importancia. Y a este viaje hacia el centro de uno mismo, Maison Bélier ha querido que le acompañen otros dos artistas. Por un lado, Odón se suma a esa especie de rumba y reggae que es “Sígueme” haciéndola totalmente internacional gracias a esa mezcla de idiomas; y, por otro lado, Calima, ese laboratorio musical del que también forma parte Juanlu, añade ese toque diferencial a la flamenca “Te lo dí”, una de las joyas del trabajo.
Sin duda alguna, es un alivio escuchar discos que transmiten tanto como este y que se encuentran tan lejos de lo mainstream. En un mundo donde imperan las reproducciones, las visitas y las ventas, donde las canciones apenas tienen una semana de vida, es un lujo oír álbumes que te invitan a hacer justo lo contrario, apartar la vorágine del día a día, frenar y reflexionar sobre las cosas del querer. Porque todos las tenemos, ¿no?
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.