Magic Wand

Kyle Field tiene una voz muy especial, casi mágica, que parece salir directamente de algún rincón de su barriga hasta el infinito, como si su garganta fuese una especie de pozo sin fondo y sin fecha concreta.

Una voz que sólo se me ocurre comparar al apagado aullido de Chan Marshall o a las cuatro voces de The Band en una, y se siente en libertad con ella para jugar con sus canciones a placer, acompañado por quien sea (entre otros Phil Elvrum, Calvin Johnson, Khaela Maricich y Adam Forkner) y donde sea, en una especie de celebración de estar juntos, hacerse preguntas y disfrutar de si mismos en un contexto de fraternidad tal que nos hace imaginar el estudio Dub Narcotic en el mismísimo sótano de Big Pink, sensación acrecentada por esos teclados que tanto recuerdan a los de Richard Manuel y esa batería tan sentimental... Todo en “Magic Wand” es magia y es natural: el precioso falsete de “I Am With You”, el casi manifiesto de “uncle Kyle Says”, con ese trenzado de guitarras que parece de otra época, los susurros de “Random Lee”, las melodías mecidas de “Everybody” y la desnuda “Darkened Car”, el maravilloso desarrollo de “So what?” y, sobre todo, la sensación de estar dentro del disco y de que el disco está también, con ojos brillantes, dentro de ti.