“Sensorimotor” es el nuevo álbum de Jeff McIlwain aka Lusine para el prestigioso sello americano Ghostly International. En esta cuarta entrega prosigue con su encomiable y siempre agradecida labor de mostrarnos el lado más amable y cercano al pop de estilos como el techno o IDM, una aproximación que a veces tiene visos de estar algo caduca, pero que en las (buenas) manos de este hombre recobran protagonismo y relevancia. Un trabajo que hace que nos vengan a nuestra mente nombres como los de Telefon Tel Aviv, Moderat e incluso su compañero de sello Tycho, todo ello excelentemente mezclado y mejor presentado.
El disco arranca con un “Canopy” ambiental y misterioso que viene a la perfección para ir metiéndonos en su mundo. En “Ticking Hands” utiliza la voz de su mujer, Sarah McIlwain, para crear un tema que nos recuerda a los anteriormente mencionados Telefon Tel Aviv cuando tiraban hacia el pop, con una base entre techno-pop e IDM que atrapa y convence. “Slow Motion” es justo lo contrario de lo que indica, ya que es un corte instrumental con un tempo más cercano al footwork tipo Ital Tek que funciona a la perfección. Otro de los momentos estelares del disco es la primera de las dos colaboraciones de Vilja Larjosto, que presta la voz a un “Just A Cloud” de melodía delicada, base contundente y espíritu pop, capaz de hacer mover una pista de baile a primeras horas o de hacer que te levantes de la cama con energía. Con “The Level” vuelve a subir la apuesta (y la temperatura) y ahora nos hace mirar a Moderatt y ver el reflejo que produce esta composición, con esa melodía arpegiada y el bajo siguiéndola, y ese medio tiempo que parece que va a trompicones.
Con “The Level” vuelve a subir la apuesta (y la temperatura) y ahora nos hace mirar a Moderat y ver el reflejo que produce esta composición, con esa melodía arpegiada y el bajo siguiéndola, y ese medio tiempo que parece que va a trompicones. El joven cantautor electrónico Benoît Pioulard colabora en “Witness” en un tema de base y melodías algo más barrocas y experimentales que vuelve a dar en el clavo, mientras que la segunda colaboración de Vilja Larjosto en “Won´t Forget” resulta ser algo más descafeinada, cercana a un Prefuse 73 con el piloto automático puesto.
Y pese a que parece que poco a poco se le van agotando las ideas y las propuestas, llega “Flyaway” y vuelve a subir el nivel con otro tema que no hubiese desentonado en el repertorio de Moderat. “Tropopause” es un interludio en plan drone ambiental que parece indicar que ya todo lo bueno ha pasado, pero no, Jeff nos deja para el final el plato fuerte del disco, un “The Lift” monumental en todos los sentidos, tanto por la duración (el único tema que pasa de los siete minutos) como por la composición, en la que vuelca todas sus influencias y crea un tema de base techno que suena a actual, y una melodía y composición que remiten a los capos del género (The Black Dog, Boards of Canada, etc…) sin ser ningún tipo de ejercicio nostálgico, solo una demostración de la calidad que atesora este hombre.
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