Tras convertirse en estos últimos años en una de las caras más visibles de la nueva ola del pop español, Walls regresa con “Luna 18”. El murciano ha seguido indagando en ese sonido con el que nos sorprendió en su primer trabajo en el que mezcla el rock y el pop con formas actuales, pero ahondando más en las guitarras. En ese universo Walls se mueve cada vez con más soltura. Para sus seguidores más antiguos, será una pena descubrir que en este trabajo tampoco vuelve la faceta freestyler del artista, pero eso se compensa cuando se descubren hits coreables como “A mi lao” o “Otra mitad”.
A su vez, Walls se atreve a ir un poco más allá de la estructura más tradicional del pop-rock, mostrando un lado más sensual en “Nápoles”, o incluso es capaz de incluir una especie de semi-balada en “Noches ¬a¬¬ medias”. El distanciarse de su cara rapera no ha sido en vano, sino un movimiento más de cara a consolidarse como uno de los artistas potentes del nuevo panorama pop mainstream español
Lo que no cambia respecto a “Los niños del parque” (22) es la forma en la que el artista muestra su experiencia vital. Ginés no tiene reparos en hablarnos de todo aquello que ha vivido estos dos últimos años al verse metido de lleno en la industria. De ahí que nos cuente sus propios desfases (“En los huesos”) y los de aquellos que ha conocido en el panorama (“Paralelas”) y al mismo tiempo dedicarle “La Sole” a su madre, una canción en la que se abre para mostrar la importancia que para él tiene la familia. Walls no tiene nada que esconder y canta sobre todo aquello que le ocurre prácticamente sin filtros. Eso da como resultado un segundo trabajo de confirmación de uno de los mayores exponentes de la nueva generación del pop español a la altura de Hens o Pole.
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