Xabi define Luma como una aventura en la que van “a lo loco”. Y efectivamente, hay mucho de desparpajo inconsciente y rebeldía juvenil en este dúo donostiarra formado por dos amigos, Xabi y Adrián, de veintipocos años. Al principio, cuando se llamaban Rind Cycles, les tiraba el blues. Ahora, establecidos como Luma, se han pasado al rock de batería y guitarra, sin florituras, y su música, seca y contundente, entra como un Bourbon con hielos.
Luma han mamado rock setentero por un tubo, blues-rock pesado, canciones de psyck-rock de media hora y, seguramente grunge, pero han decidido que lo mejor que podían hacer era ir al grano. Y han hecho bien. Sólo “La Cueva” -el barniz de oscuridad también lo aplican al título de sus canciones- supera los cuatro minutos y es el tema que abre un EP grabado, mezclado y masterizado en Elkar estudios y The blue room studios en Donostia por Víctor Sánchez.
Tal vez le falte al disco la pegada y garra de sus directos y uno echa de menos el calor que desprenden en sus actuaciones. Será cosa del incorpóreo sonido del estudio. De todas formas, estos cuatro temas funcionan como una buena carta de presentación del grupo. “El club”, que lo habían lazando como single de adelanto, rezuma stoner, sobre todo cuando llega el estribillo al son de “Where are you gone now”; “Messman” es urgente y la voz, grave, acompaña la marejada de distorsión como un instrumento más; y “Maniac”, en cambio, tiene arranque garajero y a medida que avanza se vuelve épica y se sueltan la melena. Ésta es la última del EP y, probablemente, su mejor canción.
El chupito de whisky no termina de quemar la garganta, pero deja un poso que nos hace albergar fundadas esperanzas en el porvenir de Luma.
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