En “Wimbledon Green” el historietista canadiense Seth desarrolla con su habitual magisterio toda una trama de misterio alrededor de la figura de un coleccionista de cómics, los hábitos, luces y sombras que lo convierten en una figura mítica. Va camino de algo similar el matrimonio que forman Indra Dunis y Aaron Coyes, pareja artística como Peaking Lights, que ya han derribado unas cuantas barreras a priori infranqueables para una propuesta que nació doméstica y sin grandes expectativas. A saber: su segundo disco fue elevado a los altares por la prestigiosa revista británica Wire y hoy les da hoy cobijo el poderoso sello Domino -sí, el de Franz Ferdinand, Animal Collective y Hot Chip-. No ha afectado gran cosa el cambio a estos dos connaisseurs de la música -tanto en su faceta de coleccionistas de vinilo como cuando utilizan sus nociones de electrónica para diseñar y modificar los sintetizadores que utilizan en sus canciones-, si acaso para despejar un poco más un sonido que aún se rige por la máxima del todo vale… si bien no todo en la misma medida. Forjado a partir de una estructura dub, el kraut como metodología de trabajo y unas voces y un acabado final que los identifica con la primera hornada del post-rock británico, Insides, Laika, Pram y compañía.
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