Luces de neón
EntrevistasAbe Duque

Luces de neón

Redacción — 26-06-2007
Fotografía — Archivo

“When The Fever Breaks” (Abe Duque Records/Factor City) es el tercer trabajo de este friki de la electrónica de club de raíces ecuatorianas y corazón neoyorquino. El acid house vuelve a ser el eje central de su nuevo trabajo, pero detrás de él intuimos a un artista más maduro y curtido, el mismo que comparte galones junto a colegas como John Selway en Rancho Relaxo Allstars, su proyecto paralelo que en estos días retoma también con “The Answer Is Always Yes”.

Después de la vorágine minimal, cuando unos apuntan al “maximal” (que es más techno que otra cosa) y otros al house (que no es que esté de vuelta, si no que vuelve a sus raíces), todavía hay algunos artistas que intentan huir de las dichosas tendencias y refugiarse en su trabajo y en su propio estilo. Este es el caso de Abe Duque. Neoyorquino de raíces latinas, ecuatorianas más concretamente, lo suyo es y ha sido el eclecticismo bien entendido, pasando del house al techno con el acid como puente, y sin hacer ascos al electro. Tras ser uno de los productores del último disco de Dj Hell, Carlos, que así es su verdadero nombre, vuelve por partida doble. Por un lado, con su proyecto conjunto Rancho Relaxo Allstars, donde comparte protagonismo con John Selway o Dietrich Schoenemann, que publica nuevo álbum, “The Answer Is Always Yes”. “Empezó como una broma y ahora mira, es un movimiento imparable. Es un proyecto muy querido para mí”, apunta de inicio.

"El hecho de poner voz a los temas fue una moda para la gente super chic del electroclash"

Y, por otro, con su tercer trabajo en solitario, “When The Fever Breaks”, su tercer largo y el más elaborado de su ya dilatada carrera. “Mi primer disco fue mucho más experimental, mientras que ‘So Underground It Hurts’ fue más una reunión de singles que un nuevo álbum en sí. ‘When The Fever Breaks’, por el contrario, es un lp de estudio casi al cien por cien”. Esta opinión se refrenda en la primera escucha del compacto. Abe ha madurado en el formato largo y nos ofrece un amplio abanico sonoro en el que vuelve a imperar el acid house de ayer, hoy y siempre como eje central de sus composiciones. “Me encanta el acid, es algo atemporal y que no pasa de moda. Es un elemento muy importante en mi música pero si repasas mi carrera puedes encontrar temas que no tienen ningún elemento común al acid”. Y es que en este nuevo álbum, el de la Gran Manzana apuesta también por retazos de trance, de electrónica no de baile y de house y techno de toda la vida. Abe es un amante de los sonidos clásicos y de los artistas más legendarios, caso de su amigo Blake Baxter, que vuelve a colaborar con él aportando su voz en algunos cortes. “Blake y yo somos viejos amigos. Ya lo éramos diez años antes de comenzar a trabajar juntos. Cuando entramos en el estudio, sólo puedo decirte que lo que surge es mágico”. El apartado vocal, como en el caso de Baxter, se ve refrendado en más temas por el apoyo de Tijana T, vocalista habitual de los bolos de Duque. Para Abe la voz siempre ha sido imprescindible a la hora de dotar de alma a una canción. “El hecho de poner voz a los temas fue una moda para la gente super chic del electroclash. De tres o cuatro años a esta parte, sin embargo, la gente se cansó de esto y comenzó a hacer más caso a artistas que tienen más talento con los ordenadores que con el micrófono, gente que no sabe cantar pero sí producir”. De esta última frase, quizá podamos deducir un cierto resquemor hacia el minimal más cuadriculado y frío. Un sentimiento que no pocos comparten. “Creo que hay que ir más allá de los géneros impuestos. En los últimos años, como te comentaba antes, los empollones han sido los jefes, los que se han repartido la mayor parte del pastel. Yo sigo haciendo lo que me gusta, no quiero encasillarme”. Y no queda ahí la cosa, ya que cuando le preguntamos por el supuesto “retorno” del house, Abe sigue a la suya. “El house no se llegó a ir nunca. Tiene una gran conexión con la pista y es sexy, algo que no puede decirse del minimal. Creo que el house va a ser la verdadera tabla de salvación para la electrónica de club este año. Después no tengo ni idea de lo que pasará. Lo que si puedo asegurarte es que yo seguiré siendo el mismo de ahora”.No nos sorprenden las palabras del neoyorquino, de las que más que rencor, se denota un cierto hastío hacia la moda minimal y electro house. Sus raíces musicales son, a buen seguro, mucho más cálidas que las de los estirados productores europeos y americanos que visten de oscuro y pinchan con software de última generación. “Crecí en Nueva York, justo cuando la música disco dio paso al house y al hip hop. Me encantan Run DMC y también Hector Lavoe. La salsa también me inspiró mucho en mis años de formación musical”. Parece pues que con este nuevo disco, en el que por cierto cabe apuntar otras colaboraciones como las de Genaro Le Fosse o Acid Maria, Duque ha encontrado su madurez como artista, aunque quizá aparentemente, ya que de sus palabras podemos transcribir algo diferente. “No creo que haya tocado techo todavía. De hecho, si creyese eso me moriría. Todavía tengo que perfeccionar mucho mi sonido. Queda mucho trabajo por hacer”. Trabajo, eso esta claro, no le faltará al bueno de Carlos en los próximos meses. Cientos de bolos en todo el mundo le aguardan, y espera estar a la altura de las circunstancias. “Cada día me haga más viejo y eso hace que tenga que poner la máquina a punto a diario”. Habrá que estar atentos pues a su agenda. Las luces de neón ya se han encendido.

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Luces de neón
DiscosJuaninacka

Luces de neón

7 / 10
Arturo García — 08-06-2006
Empresa — WPR/El Diablo
Género — Rap
Fotografía — Archivo

Segunda entrega en solitario del Mc sevillano. Tras un primer Ep “Versión” y un prometedor debut “Caleidoscópico”, Juan Ignacio Guerrero se confirma como uno de los mejores letristas del rap patrio.

Catorce cargas de profundidad que esta vez si obtienen el respaldo instrumental necesario (Hozone, Jefe de la M, Acción Sánchez, Makei y Cookin´Soul) para hablar de un disco entero. Juaninacka se une a un grupo selecto de raperos que manejan con igual destreza la pluma y la espada. Esto es, abordar temas reflexivos como “Improvisaré”, en el que Jefe de la M crea el clímax musical perfecto o tirar a matar desde el segundo corte del disco “España, Sevilla y yo”; un ejercicio de crítica social con memoria histórica y sin caer en la inquina progre desprovista de argumentos. Juaninacka ha trazado una línea imaginaria con sus anteriores trabajos basada en cierta madurez personal que sostiene un discurso ya de por si sopesado. En el cómputo general, con este álbum, Juaninacka sigue introduciendo en el temario jipjopero historias y circunstancias que hasta ahora pasaban inadvertidas para la mayoría de nuestros Mc´s.

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