Lucero siempre han estado ahí. Siempre han sido un valor fiable al que recurrir. Sus discos no podían ser tachados de extraordinarios, pero sí de acumular la suficiente solvencia y oficio como para no defraudar al aficionado a la Americana. Sin embargo, poco esperaba ya de ellos a estas alturas de la jugada. De ahí mi sorpresa al comprobar que los de Memphis (Tennessee) se han desmarcado, en su décimo disco de estudio, con un álbum que atesora una colección de fantásticas canciones que los ha elevado un nada despreciable peldaño de su modesto estatus. Y encima lo han hecho cuando ya nadie apostaba por ello.
“When You Found Me” es un disco de rock americano pensado para agradar y sonar en las radios del “Bible Belt” americano. Ben Nichols y los suyos han fijado su blanco en la confección de melodías con gancho y en recrear un sonido de banda, potente, empacado y con lustre. Para ello no le han hecho ascos a incorporar sintetizadores que inflamen su sonido y lo catapulte a otro plano. Así han dado lugar a canciones inéditas en su repertorio como la envolvente “Pull Me Close Don't Let Go” que sin duda anda más cerca del sonido ochenteno -salvando las distancias- de Future Islands que de Uncle Tupelo. Pero es que ya desde el inicio el álbum presenta un acierto detrás de otro. La inquietante obertura con “Have You Lost Your Way?” adquiere y logra una vocación de himno vibrante, ideal para comenzar sus próximos conciertos -cuando los haya-, pero es cuando la empalman con una joya como “Outrun The Moon”, empiezas a calibrar que esta vez la banda está en otra división. Sobre todo es ese maravilloso puente en el que los sintetizadores dan pie a la entrada a un solo de guitarra sobrio y elegante y todo se inflama como si de los Heartbreakers de Tom Petty se tratara. Los tiros van justo por ahí y, aunque no es algo inédito en su sonido, nunca habían logrado el grado de efectividad que ahora sí le otorgan temas ganadores como la vibrante “All My Life” en la que Ben Nichols parece cantar con una ilusión renovada o la roquera "Back In Ohio" en la que recuperan su sonido más clásico y el golpeteo de las teclas del piano luce de forma trepidante.
Lejos de querer aburrir a nadie analizando una a una todas las canciones del álbum, terminaré con una recomendación. Id al último tema. Al que da título al álbum. Si esa intensa balada crepuscular con cierto regusto a Cracker no te emociona, es que simplemente no te gusta la americana. Así que no sigamos perdiendo el tiempo.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.