Lower Dens regresan tras cuatro años con “The Competition” una crítica a los males de nuestro tiempo, el consumismo, la competitividad, la ansiedad, la soledad, el desencanto y nuestras inseguridades internas. Su cuarto disco ha venido en forma de caricia casi irónica al capitalismo más salvaje desde el pop emocional, los medios tiempos, los ritmos etéreos y los sintetizadores edulcorados a los que nos tienen acostumbrados.
Jana Hunter y los suyos han dejado de sorprender, para mantenerse en un sonido ya existente en la que parecen sentirse demasiado cómodos, quizás cabría esperar más azotes y menos caricias para hablar de revolución, pero lo cierto es que se han sacudido la oscuridad de encima, y han decidido potenciar los sintetizadores frente a las guitarras, coqueteando en algún corte con la música disco, como ocurre en “Simple Life”, o en “I Drive” que sirvió como uno de los singles de presentación y resultan ser lo más animado de todo el álbum.
El magnetismo de la voz de Jana sigue funcionando y atrapando, como si fuera una Siouxsie del año 2000 bajo un traje de chaqueta, la hermana tranquila Jenny Beth (Savages) o una hija bastarda entre Victoria Legrand (Beach House) y John Maus, pero se echa de menos un poco de garra entre la ironía y nos ritmos ensoñadores de “Two Faced Love” o “Young Republicans” el que fuera el primer single en ver la luz de este trabajo.
La suave apertura de “Galapagos” sirve como un presagio perfecto de lo que viene detrás, enlazando delicadamente con “Hand of Good” o los medios tiempos de “Buster Keaton”. Especial mención para “In Your House” un tema intimista y delicado, casi magistral si no se sintiera redundante después de tanta calma. “Empire Sundown” se queda corta, tras un título tan poderoso la lírica y el ritmo vuelven a dejarnos con ganas de una explosión final, un contrapunto, un estribillo que tararear o unos dientes rechinando, más propios de esa competición con la que titulan el disco.
Basta con escuchar la excelente producción de “Lucky People” para darse cuenta de que es un buen trabajo, pero en conjunto le falta un remate final que exprima al máximo el grandísimo potencial que tiene la banda y del que hicieron un mejor uso en ocasiones anteriores.
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