Hace unos meses cayó entre mis manos un
misterioso Ep sin apenas créditos en el que llamaba poderosamente la
atención el nombre de Christian Fennesz como remezclador de uno de los
tres temas allí contenidos. Al final, su
participación quedaba reducida a mera anécdota ante la extraña belleza
de las tres piezas originales, semidesnudos bocetos de canciones
interpretadas al piano y comandadas por una dolida voz de mujer. Aquel
era el Ep de debut de Soap & Skin, y ahora llega la prueba de
fuego, un largo en el que Anja Plaschg, condensa todo el aprendizaje
acumulado en sus tan solo dieciocho años de vida: el bagaje que le da
su formación clásica al piano -el instrumento vehicular de “Lovetune
For Vacuum”- y violín, con el que pespuntea algunas composiciones
dotándolas de solemnidad y acercándolas al neoclasicismo de sellos como
Type y Miasmah. Pero al contrario que las referencias de estos, la
Plaschg nunca abandona el formato canción, dotada como está de un
registro vocal que la coloca a medio caballo de la Lisa Germano más
oscura y la últimamente tan socorrida Kate Bush. Toda una sorpresa.
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