De pequeño, si escuchaba “Smooth Operator” en la radio, solía cambiar de dial. Y cómo la infancia marca, quizá no soy el más indicado para juzgar el nuevo trabajo de la vocalista de aquel eterno hit de las radiofórmulas AOR. Quizá me lo perdonen si digo que “No Ordinary Love” me parece tan hermosa como su autora. El caso es que, desde el recopilatorio “Love Deluxe”, Sade llevaba ocho años dando la espalda a las luces del show business, pero por fin reaparece con un nuevo álbum, con canciones tan bellas como “Flow”, “King Of Sorrow” o el primer single, “By Your Side” (lástima que parezca una continuación del mítico “Whiter Shade Of Pale” de Procol Harum).
El resto del álbum es banda sonora ideal para hacer el amor (con permiso de Barry White, por supuesto), cuándo estás más enfrascado en otras cosas que no son escuchar música. No es que haya una sola canción mala, es que todo es tan cool, tan elegante y tan cuidado, que acaba resultando monótono. Sade no ha cambiado un ápice y, en este tiempo, le han surgido alumnos aventajados como la Amel Larrieux de los Groove Theory (poco conocidos en este país), que también está de muy buen ver y también canta con voz de seda, pero que otorga más vida a sus canciones. Y es que se echa en falta un poquito más de riesgo (con lo bien que sonaría en territorios ambient...), pero no me hagan caso. Serán traumas de la infancia.
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