Te gusten o no, es lícito reconocer que el sonido de Love Of Lesbian así como la personalidad y la voz de Santi Balmes son tan inconfundibles como poco equiparables a las de cualquier otra banda del panorama actual, para bien o para mal. Los autores de “Maniobras de escapismo” (05) y de “1999” (09) han dejado huella como estandarte de la evolución natural del indie pop nacional de los noventa (década con bandas que, aun siendo renombradas, no tuvieron casi en la totalidad de los casos el éxito arrollador de los presentes, exceptuando a Los Planetas, claro está). Deudores tanto de The Cure como de The Smiths, e incluso influidos por Arcade Fire, los maestros de la épica, a estas alturas de la película, con la publicación de su noveno álbum de estudio, ya nadie compara a los catalanes con ninguna otra banda que no sean ellos mismos. Y es que, con cada disco, resulta más complicado acuñar cuáles han podido ser las influencias en su sonido más allá de su propio imaginario.
Cinco años después de su última entrega, el “laboratorio emocional” de strong>Love Of Lesbian ha regresado con “V.E.H.N.”, un trabajo más introspectivo y todavía más maduro, en el que se obvian las rutas coloristas trazadas en “El poeta Halley” (16) para volver a conectar con el tempo pausado y el aura mística del inmediatamente anterior, el doble “La noche eterna. Los días no vividos” (12).
A medio camino entre la indiscutible calidad de sus tres primeras obras en español y la grandiosidad nostálgica de sus dos últimos trabajos, destacan las preciosas “El mundo” y “Cosmos (antisistema solar)”, las sosegadas “Crisálida” y “Sesenta memorias perdidas”, la trascendental “Eterna revolución” o la canalla “Los irrompibles”. Mención aparte para el potentísimo par de colaboraciones en las que los lesbianos logran salir de su zona de confort, ofreciendo algo totalmente novedoso: Bunbury –espectacular– en “El sur” y Cristina Martinez de El Columpio Asesino en “Catalonia Bondage”.
Es posible que la apariencia de uniformidad y la arriesgada escasez de estribillos coreables de “V.E.H.N.” obliguen a darle algo más de tiempo para que todo su potencial salga a la superficie, pero su aire solemne, sus letras lúcidas y su emotividad acabarán removiendo las entrañas de quienes se atrevan a degustarlo con calma.
Con Love Of Lesbian vuelven las bienvenidas dosis de dramatismo pop, pero también de fiesta. No hay más que echar un vistazo a las imágenes de su vuelta a los escenarios (en un histórico concierto piloto ante 5.000 asistentes) para darnos cuenta de que el fin de la pandemia se atisba más cercano. Y “V.E.H.N.” es un antídoto sanador, un viaje reflexivo y una cuenta atrás hacia el prometido reencuentro con la música en directo.
Corría el verano del 2003 y en esas carpas infernales de Dios, nos reunimos los valientes que abríamos Benicassim. Estos chicos aún no cantaban en castellano y se atrevieron con Love Song nº 79899, 486 segundos que le recomiendo a todo el mundo que ha escuchado lo nuevo de LOL que le dediquen ni más ni menos para comprender de dónde vienen, lamento discrepar sobre el notable de este disco, hay muchas formas de transmitir con la música, ellos las conocen y las ejecutan a la perfección, sobretodo en las cortas distancias, pero no esta vez. Cuando en un disco lees las letras y las emociones no se alteran con la música que las contiene, alguna cosa falla.