Nuestra querida amiga Gwen Stefani triunfa por todo lo alto con este debut en solitario llamado estratégicamente “Love. Angel. Music. Baby”. No sabemos a quién querrá engañar, pero está claro que a los simpatizantes de su anterior grupo, No Doubt, por supuesto que no. Como mucho a aquellos que se sumaron a su causa gracias a "Hella Good".
El experimento la deja en el lugar del querer y no poder ser la nueva Madonna que a todos nos encandiló por su actitud, imagen y música allá en los ochenta. La Stefani intenta parecerse a ella, recordándonos más a una artista r´n´b de tercera que a la diva que llevó al cine al personaje de Evita Perón. No importa que haya trabajado con grandes productores o que incluso participen Peter Hook y Bernard Sumners de New Order, porque desde la primera canción, "What You Waiting For?", todos sus esfuerzos resultan excesivos y artificiosos. Y ya se sabe que acaba ocurriendo con la mayoría de cantantes con cara de ángel, que acaban publicando un disco hecho a medida y sin corazón. En este caso encontramos bases electrónicas, toques r´n´b, melodías pop y, como era de esperar, un poco de rap, más las colaboraciones de rigor, Eve en “Rich Girl”, Johnny Vulture en “Bubble Pop Electric” y Andre 3000 en “Long Way To Go”.
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