El 28 de septiembre de 1990 Andrés Calamaro aterrizaba en Madrid con su teclado y una maleta llena de canciones abandonando su carrera en solitario en Argentina. Lo hacía tentado por la llamada de Ariel Rot, quien había disfrutado del éxito como miembro de Tequila diez años atrás. Rot le invitaba a unirse a un nuevo grupo que Julián Infante -antiguo compañero de este en Tequila- había iniciado junto a Germán Vilella, batería de sesión hasta entonces. Con la incorporación de los dos argentinos terminaba de tomar forma el cuarteto titular de la mejor banda de rock creada en nuestro país. Habían nacido Los Rodríguez.
Poco más de dos meses después, tras del éxito de su primer concierto en la sala Siroco de Madrid, ante doscientos apretados nostálgicos fans de Tequila (Calamaro era un total desconocido), la banda chocaba sus copas al grito “¡De Siroco a Las Ventas!”, un brindis que se convertiría en profético en solo tres años. Este disco en directo es el testimonio de aquel hito.
El concierto arranca con “No estoy borracho”, una canción (de Sergio Makaroff) que resume la idiosincrasia hedonista de la banda. Le sigue “Na, na, na”, una de las canciones que formaban parte del álbum que les había cambiado la suerte en el transcurso del verano del 93. Aquel disco se titulaba “Sin documentos” y era su última bala para no abandonar un proyecto que no terminaba de despegar. Por suerte, “Sin documentos” se convertiría en un inesperado éxito discográfico masivo en España e Iberoamérica y el grupo logró el estrellato.
La actuación recogida en este disco en directo, para el que se vendieron todas las entradas, servía de presentación de aquel nuevo repertorio, con títulos como “Me estás atrapando otra vez”, “Dulce condena” y hasta un total de seis de sus canciones. Pero también hubo lugar, y mucho, para canciones anteriores, configurando así una imagen completa del legado del grupo: rock de corte clásico empapado de notas hispanas, que indagó por igual en el blues y la rumba flamenca, inspirándose principalmente en los Rolling Stones, pero sin perder de vista el genio de Ray Heredia o Camarón de la Isla.
“En Las Ventas 7 de septiembre de 1993” les recoge en su momento álgido, en mitad de su fulgurante carrera. Una hora y cuarto que recoge a la banda tal cuál sonaba sobre el escenario, con sus imperfecciones e incluso algún olvido de parte de alguna letra. Un puñado de canciones sin fecha de caducidad a cargo de un grupo engrasado a golpe de local de ensayo, borrachos de rock and roll. Una grabación sobresaliente, fiel reflejo de aquel momento crucial en la carrera de la banda. Puro disfrute para los oídos.
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