Seguir la guadianesca carrera de los mallorquines La Búsqueda se ha convertido casi en un acto de fe. Desde su debut en el lejano 1988, han dado muestras de vida de una forma tan puntual (cuatro álbumes) que, posiblemente, haya revertido en su contra para acabar manteniéndoles lejos de los focos de atención de nuestro pop.
Con “Los Penitentes” vuelven para seguir dando forma a una de las más singulares y hechizadoras propuestas de la música estatal, marcada siempre por los subyugantes textos y la profunda voz de Xisco Albéniz. En él se conjugan los aires fronterizos (“Aliados del sol” o “Farolillo azul”) con las tonalidades del folklore centroeuropeo (“Vals de los Asnos”) y un contenido melodramatismo capaz de romper algún que otro prejuicio (el tema titular les sitúa en coordenadas cercanas a los Tindersticks). El resultado de tal conglomerado de sonoridades casi aromáticas es un magnífico álbum, a figurar entre lo mejor de la cosecha nacional para este año. Luminoso, sensual y mediterráneo en el sentido menos tópico de la palabra.
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