Igual de valientes y solitarios que Kirk Douglas en un western de ETB2 ha sido el tránsito de los Paniks por el desierto del rock, levantando polvaredas de arena y polvo a su paso a cuenta de la ansiedad por el ruido y el odio a la melodía. Un camino que une Bermeo con Barakaldo a través de un túnel espacio temporal (su primera referencia fue en el 2003, el celebrado codazo a los Kinks llamado "The Panik Kontroversy" y que, valga el cliché, nos voló la cabeza a unos cuantos). Y al contrario que el compañero del vaquero en la película que da título a este E.P, ellos ni se han civilizado ni han cambiado, lo que por supuesto, es lo que más nos gusta de ellos. A saber, cinco temas con los que, a voz en cuello, Ramón Rioja relincha y pone el estado del garaje bajo las riendas del caballo para intentar domarlo y confirmar, que cuanto más salvaje, mejor.
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