Los Estanques y Anni B Sweet unen fuerzas en torno a un nuevo proyecto, en lo que a priori podía antojarse como una de esas alianzas inesperadas e inevitablemente llamativas. Una perplejidad, la levantada de inicio por la sinergia en cuestión, que se disipa casi inmediatamente con la escucha del presente estreno, tras revelarse éste con paso firme y aspecto orgulloso y convencido.
‘Burbuja Cómoda y Elefante Inesperado’ (Inbophonic Records, 22) trasciende mucho más allá del mero capricho por parte de ambos artistas, en un disco ambicioso que luce durante casi todo su minutaje con un desarrollo apabullante difícil de esquivar. Una mixtura de psicodelia, rock progresivo, pop y querencias setenteras, en el que la maravillosa voz de Annie B Sweet ejerce como canto de sirena entre esas consistentes y trabajadas líneas sonoras levantadas a conciencia por Los Estanques. También suma en positivo la interpretación puntual de Iñigo Bregel, apurando la química evidente existente entre todo el grupo afincando en Madrid y la malagueña autora de ‘Universo por estrenar’ (Subterfuge, 19).
Con una lírica descriptiva e igual de intensa que la propia instrumentación, las trece piezas del álbum se suceden entre magnetismo, el poder sugestivo del asunto y también cierta dosis de misterio. Sucede con esa dupla inicial indisoluble formada por “He bebido tanto (que...)” y “(...estoy) muerto de sed” y se alarga a otras dianas como “Brillabas”, la espléndida “Tu pelo de flores”, “Caballitos de mar”, “Yo me voy de aquí” o las distorsiones de “Llévame al cielo”. El álbum se cierra con “Vuelve a oscurecer”, que entremezcla sentimiento y épica en una dualidad representativa de toda la referencia, con ese contraste nervioso no exento de una belleza inquietante.
Casi cabría entender ‘Burbuja Cómoda y Elefante Inesperado’ (Inbophonic Records, 22) como un elepé conceptual o, cuando menos, como una de esas obras dotadas a conciencia de carácter global, con principio, desarrollo y final, todo cruzado por un argumento imaginativo pero que respeta la lógica general. Un disco cohesionado, en definitiva, que destila complicidad y luce asentado y sólido con sus piezas encajando con tanta precisión como naturalidad.
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