El que avisa no es traidor, es avisador. Y Hendrik Röver ya lleva tiempo avisándonos de que cada vez tiene más ganas de, en sus propias palabras “darle grasa” a su música. Sus últimos pasos, tanto con Los Deltonos como con Los Míticos GTs han ido en ese sentido. Y si encima nos confirma meses antes de grabar este “Craft Rock” que los tiros van a ir por ahí, conociendo al cántabro-alemán, que no es tipo de quedarse a medias, sabíamos que íbamos a tener dos tazas de ese caldo. Por tanto el sonido de este disco nos ofrece a los Deltonos más rocosos y sucios de los últimos años, en base a un montón de riffs duros, poderosos y contundentes. Quizá eso haya ido en perjuicio de la canción en sí. Porque ahí se detecta un leve bajón respecto a trabajos anteriores. Si es que Röver puede hacer algo de manera no excelsa.
Por ello, esta vez, los temas me parece que sufren más en cuanto a letras. Estas no parecen tan acertadas o, mejor dicho, encajadas como otras veces, y en más de una ocasión parecen una simple excusa para el desarrollo instrumental que, ahí sí, es brillante. Tampoco es que estemos hablando de malos textos. Röver sigue cargado de su ironía y mala leche habitual soltando sopapos a todo aquello que se le pasa por su siempre inquieta cabeza, pero las ocasiones en las que llega al excelente son menos que otras. Sigue siendo un hacha mirando a su alrededor y dándonos más de una frase memorable. De hecho, pensándolo bien, quizá es que nos tenía demasiado mal acostumbrados. El rollo de las expectativas, ya saben. Disco de notable alto o excelente bajo. Tanto da. Algo que muchos quisieran para sí.
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