The Penguin Trip
DiscosLos 300

The Penguin Trip

8 / 10
Miguel Amorós — 27-10-2022
Empresa — Rootsound Music
Género — World Music / Mestizaje

Para quien no los conozca decir que bajo este nombre tan numérico se esconden Manuel Collados (guitarra, bajo y voz), Zeque Olmo (batería, percusiones, bajo y teclados) y Jimi García (vientos, pad y coros), “tres animales sobre el escenario, capaces de multiplicarse por cien (3x100=300), gracias a las posibilidades del loop y su capacidad como multiinstrumentistas”. De esta forma se presentaron allá por 2013 este trío granadino que quizás sean más conocidos por la banda donde llevan tocando desde hace años, Eskorzo.

Ahora presentan “The Penguin Trip”, la tercera parte del viaje musical y animal que emprendieron y que no tiene pinta de que vaya a acabar pronto. Primero fue “The Monkey Howler Times”, el mono aullador, y que cuentan que representaba la fuerza y la intensidad. Después fue “The Fighting Kangaroo”, literalmente la lucha y la inquietud. Ahora hacen un homenaje al simpático pingüino, por su talento para sobrevivir gracias a su espíritu de colaboración. El disco plantea el viaje de ese pingüino por diferentes comunidades musicales de todo el mundo.
Todo esta divagación sobre las cualidades de dichos animales, les ha permitido, desde sus inicios, adentrarse en caminos musicales diversos y gozosos, donde el principal objetivo es que la música camine.

Por ejemplo en “Agua que me quemo” y en “De Santa Marta a Bogotá” se dejan llevar completamente por esos ritmos latinos, salsa, son cubano, etc., que animan al baile.

En los tremendamente rítmicos “Tolocodelcoco” y “Survivors”, este último con la ayuda de J. J. Machuca de Lori Meyers al teclado y de Macaco a la voz, se marcan sendos afrobeats que encantarían al mismisimo Fela Kuti.

Pero en la variedad está el gusto, que se dice, así que en las cinematográficas “Blanco Intenso” (¿jazz contemporáneo ideal para un thriller?), “Stop In The Jungle” (¿nu-jazz psicodelico para una road movie en la selva?) y “Emperor Penguin” (¿documental sobre el protagonista del disco?), se dejan llevar para que la imaginación del escucha sea la que trabaje. Lo que me gustaría preguntarles es cómo se hace para titular una canción que no tiene letra.

Parece evidente que estar fuera de Eskorzo les permite libertad total de creación. Y no es que esa banda tenga limites musicales. Pero con Los 300 no tienen que demostrar nada, solo pasarlo bien y eso es lo que transmiten.
Escúchese “Gelato Italiano”, puro divertimento “electroswing”.

Pero no nos engañemos, también aprovechan el altavoz de la música para lanzar algunos mensajes, como en “Antenas”, el cierre del disco con mucho groove y compuesto en cuarentena. Quien mejor que ellos para explicarla: “Nos encerraron, nos apartaron y nos enchufamos a pantallas y teléfonos. Hasta donde recordamos, ancestral necesidad la del contacto, la comunicación, el abrazo, el beso, la amistad, la primavera, la sonrisa, y el enfado. Ridícula premonición en la que estamos. Imagen de las calles sin gente, los cambios y la caída al vacío. El todo y la nada, los sueños imposibles y la realidad descosida. Amamos la vida”. Y nosotros su música.

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