Espacios infinitos
DiscosLori Meyers

Espacios infinitos

7 / 10
Alejandro Caballero Serrano — 04-11-2021
Empresa — Universal Music
Género — indie español

Tras cuatro años, Lori Meyers vuelven a la carga con “Espacios infinitos”, clara muestra de la evolución del grupo hacia algo igualmente compacto, pero más maduro y serio. Los granadinos presentan ahora once canciones sobradas en calidad, pero en las que se permiten salirse del guion de vez en cuando.

En la primera mitad del disco se encuentran las canciones más rítmicas, esas primeras pistas en las que nos incitan a viajar con ellos. De ahí el título de “Hacerte volar”, el tema que abre el disco. En su letra nos hablan sobre dejarse llevar, al tiempo que musicalmente se adentran en una suerte de himno pop que sirve ya para resumir lo que vamos a encontrarnos a lo largo del álbum.

Cierto tono dream pop impregna la delicada “Primaveras”, que gana enteros gracias a los coros de Anni B Sweet, e incluso en “Presente”, uno de los hits del álbum y de una rítmica muy sensual.

“Seres de luz” sorprende por una segunda parte instrumental en la que Lori Meyers se dejan llevar por la experimentación electrónica, y “Mis fantasmas” cierra la primera parte del álbum con acierto, bajando las revoluciones y atrapándonos con su espíritu brillante y reflexivo a partes iguales.

Podríamos interpretar que “Punk” funciona, en cierta manera, para dividir el disco en dos con su estribillo adictivo y su mensaje de crítica social actual, algo desubicado en el conjunto. Lo que está claro es que será una de las piezas más coreadas por el público en sus próximos conciertos.

A partir de ahí, “Espacios infinitos” es, por lo general más calmado, manteniendo ese concepto celestial que se va desgranando pieza a pieza. De los restantes temas destaca sobre todo “No hay excusa”, una de esas piezas que se convierte en clásico instantáneo y que, una vez más, cuenta con los coros de Anni B Sweet, que le confieren un aura totalmente celestial. Exploran además un sonido que juguetea con los límites del dream pop y la psicodelia, alcanzando cotas como las de “En el espejo”, en la que se acercan incluso al sonido de Rufus T. Firefly. Del mundo de los sueños a un auténtico golpe de realidad.

Tras unos primeros segundos de lo más contundente, “Fatiga pandémica” es ese tema melancólico con el que todos podemos sentirnos representados y en el que su ritmo constante nos lleva a aquellos repetitivos días de confinamiento. Pero aún queda esperanza y nos regalan “Un último baile”, una pieza de ritmo casi funk que nos devuelve las ganas de vivir, aunque cambian de tercio en “Viento del norte”, difuminando esas esperanzas y creando nuevas inquietudes a través de unos sintetizadores con aroma a los MGMT más pop.

Es evidente que Lori Meyers han querido jugar con su sonido, subrayando su evolución sonora y creando un disco serio y bien hecho que supone un paso muy lógico tras En la espiral (17). Los granadinos  han sabido captar cuál era el camino que tenían que seguir y a conseguirlo les ha ayudado James Bagshaw (Temples), con quien firman un gran regreso tras cuatro años de parón.

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