Feliz reencuentro con el David Byrne más optimista. El ex-líder de Talking Heads destapa el tarro de las esencias en su nuevo álbum para volver a conjurar el espíritu de la banda en canciones vibrantes como “U.B. Jesus” o “Broken Things”.
Eso sí, no olvida lo que ha aprendido en todos estos años de búsqueda en solitario: adopta poses de crooner en “Like Humans Do”, bucea en sonoridades inquietantes en “The Accident” y no olvida sus escarceos con la música latina y las llamadas músicas del mundo en su colaboración con parte de los mexicanos Café Tacuba en “Desconocido Soy”. Todo queda comprimido, con maneras de ilusionista, en poco más de media hora y doce canciones haciendo bueno aquello de que “lo bueno si breve dos veces bueno”. En el caso de Byrne yo lo traduciría por lo de que si además de hacer un disco cada dos años después se es tan tacaño en la entrega, ¿a qué dedica el resto de su tiempo? Posiblemente a seguir en el oficio de cazatalentos en su flamante sello Luaka Bop. Ok, también ahí es genial, pero ¿no podría estirarse un poco más la próxima vez?
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