Referirnos a Tom Odell en este su primer disco nos resulta relativamente fácil. Y es que este joven de Sussex acaba de darle nuevas esperanzas al pop y se transforma en la nueva esperanza de la música anglosajona o bien después de un más que buen primer disco acaba siendo un simple hype que se esfumará pronto de nuestros recuerdos. Pues bien, vaya por delante que lo del joven Odell tiene más pinta de lo primero que de lo segundo. Y es que uno escucha este “Long Way Down” y no puede negar que el talento y las canciones se mezclan de maravilla a lo largo de los trece temas del disco. Porque alguien que compone temas como “Hold Me”, “Another Love” o “Can’t Pretend” ya tiene el camino allanado y libre hacia el éxito. Tom Odell sabe tocar la fibra sensible como lo hacían en su mejor versión Keane o Travis. Esos teclados marca de la casa acaban siendo su toque personal. Para muestra “I Know” o “Till I Lost”, que son igual de épicas que efectivas. Tiene sus momentos de sosería en “Sense” o en “Heal”, pero solo son meras anécdotas del disco. Un álbum sincero y más que digno para su debut.
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