Acostumbra a suceder: La primera referencia de The Duke And The king era básicamente un proyecto casi uni-personal (tampoco quiero restarle méritos al bajista Bobby Bird Burke) de Simone Felice, que tras dejar a sus hermanos de The Felice Brothers se embarcaba en una aventura con unas sentidas y trabajadas canciones bajo el brazo. Temas que en directo cobraban forma y textura, gracias a una banda de cuatro componentes que, en este segundo trabajo, han participado mucho más activamente en la elaboración del álbum. Y eso que podría ser bueno a priori, ha acabado restándole ese empaque que tan bien le sentaba al primero, bajando de paso el listón de calidad en lo compositivo y dotándole de una variedad que le sienta bien, pero que le resta aureola de cantautor maldito, y acaba convirtiéndolo en un disco correcto de una banda de rock americano correcta. Un grupo que, desde un clasicismo nada disimulado, se acerca al soft-rock clásico a la manera de los Eagles en por ejemplo “No Easy Way Out” (cantada en su totalidad por la sensual violinista Simi Stone), a la balada soul a la manera de Sam Cooke en “Hudson River” o incluso incurre en el auto-plagio en “Shaky” (¡Qué me aspen si no es clavada al “Union Street” de su anterior disco). Lo mejor esa sentida “Don’t Take That Plane Tonight” con la que cierra el disco al más puro estilo Neil Young de “Zuma”.
Deberías escucharlos con más calma, este disco es una joya. ¿Estás seguro de haber escuchado Shine On You o Shaky? Puede que deje su aureola de típico singer-songwritter maldito, pero gana, es para mejor, insufla soul y gospel a su rock de raíces de muchos kilates. Txals: http://www.routeamericana.com
Toncudowh! That's a really cool way of putting it!