Softcore

Logan Lynn buscó en la música todas las respuestas a una vida que se le desvanecía entre las manos. Tras haber apostado todo por su anterior relación, y abandonar Portland para iniciar un nuevo viaje, descubrió que la mayor soledad que existe es esa que sientes cuando la persona que supuestamente más quieres ya no significa nada para ti. Cuando, como bien dice en “I feel alone when I’m with you” comienzas a descubrir que la calma llega cuando esa persona no está en tu vida y que estás preparado para pasar página. Es ahí donde “Softcore” empezó a tomar forma, al recurrir al arte para reconstruirse haciendo frente a todos sus miedos, siendo directo, liberando sin cortarse todo lo que siempre quiso ser. Además, para celebrar lo que ha supuesto este lanzamiento en su vida, Lynn ha lanzado este mes de septiembre una edición extendida bajo el nombre de “Softcore (Hardcore Edition)” en la que ha reunido todos los remixes y adaptaciones que ha ido sacando de los temas durante todos esos meses previos.

Lynn construye así un álbum que suena a la vez a angustia y fortaleza. Una pieza para reflejar lo encadenado que se vio por momentos y un viaje interior muy íntimo en el que expone todo lo aprendido para no volver a tropezar con la misma piedra jamás. Mezcla de letras intensas, melodías pop, vena punk rock y, por supuesto, mucho sexo. Lynn es explícito hasta en el más pequeño detalle llegando a comentar en algunas de sus entrevistas más recientes que una de las grandes apuestas de este disco era la de generar en cualquier tipo de oyente una cierta sensación de incomodidad que según él no ocurre cuando se habla de todo esto en otro tipo de géneros. El ejemplo más claro está en la que se ha convertido hasta ahora en la canción de referencia del álbum “I’m Just A Hole, Sir” que entra justo tras una melancólica cover del “To Be Of Use” de Smog. En ella suelta de una manera muy física grandes perlas sobre la necesidad de sexo sin importar con quien. El querer ser “usado” en el buen sentido de la palabra y vivir su lado más queer hasta el extremo.

Y es que Lynn con este disco lo ha tenido clarísimo. No busca ser actual, moderno, ni adaptarse a los estándares comerciales del colectivo LGTBIQ+ en la actualidad. Más bien llega para visibilizar que hay artistas queer más allá de los que habitualmente se te vienen a la cabeza y que quizás la manera en la que vive su sexualidad no es la que suelen venderte (solo hace falta ver el corto que ha acompañado el lanzamiento del disco para comprenderlo). Lynn lanza “Softcore” como disfrute personal, auto cuidado, como transición a una nueva era de su vida, regreso a Portland, reconexión y cariño a su identidad tras la distorsión que le generó su vida en pareja (“In my mind I was waiting for change while the world just stayed the same”). A veces expulsa rabia, otras felicidad de haber podido escapar de toda esa toxicidad que llevaba arrastrando. Pero lo que está claro es que no es un álbum pesimista como tal, más bien expone la paz interior a la que ha llegado tras una historia llena de turbulencias (“We Will Try To Bring The Sun”).

Más allá de todo esto, por último nos queda destacar algunas nuevas incorporaciones a este universo que se dejan ver por la reciente edición deluxe del disco. La versión de “I Feel Alone When I’m With You” a manos de Glitterfox, por ejemplo, hace crecer el tema a otro nivel y engancha. O, sin duda, toca menccionar la loca versión de “I’m Just A Hole” que hace Samuel Locke Ward donde la inicia con armonías, lo empapa todo en post punk y lo sigue amasando entre vocoder y todo lo que se le iba pasando por la cabeza. Puede que Logan Lynn no haya dado aun con un álbum que se pueda definir como memorable, pero a estas alturas de la partida lo que se puede decir de él es que por encima de cualquier cosa está el arte.