Lo que pensé que era el amor

Julia Amor vuelve a deleitarnos con la música que nos presenta en el que es su primer álbum, “Lo que pensé que era el amor”, donde continúa explorando la vulnerabilidad y las historias de amor vividas desde el miedo, tal como lo hizo en el anterior EP “No habrá hogar” de 2021. En esta ocasión, la cantautora nos presenta una atmósfera cotidiana en la que poco a poco se va despegando de las manías y los males del amor romántico para dejar paso a la forma más pura y naíf del amor. Nos regala diez canciones que juegan con los contrastes de los sintetizadores y las melodías bailables, con letras introspectivas y mayoritariamente tristes, moviéndose entre el synth pop y el dream pop.

Abre el disco con “Sombra a tu lado, una canción pop con tintes electrónicos que comienza con una introducción enérgica de sintetizadores y batería y que evoca reflexión y cierta nostalgia, recordándonos a ciertas baladas pop de los setenta y ochenta. La letra habla sobre estar al lado de alguien y sentirse invisibles, como si fuéramos simplemente una sombra. La voz de Julia es suave y emotiva, pero en los momentos en los que se requiere ese toque de fuerza y determinación la artista no decepciona. En “A tu vera” acelera los bpm’s para hablarnos del deseo de estar cerca de alguien para compartir momentos para el recuerdo. De “Heridas” destaca la melodía suave y emotiva, con Julia cantando sobre la dificultad que las heridas de las relaciones rotas cicatricen, aunque dejándonos con un mensaje esperanzador al final. La vida sigue y hay que seguir adelante.

Aunque sigue mostrándose vulnerable y abriéndose en canal, con un estilo íntimo y emotivo, “Tragedias” marca un punto de inflexión con un ritmo muy distinto al escuchado hasta ahora, lo que le da a la canción una sensación de urgencia que le sienta realmente bien, y unos teclados con los que se crea una atmósfera melancólica y al mismo tiempo misteriosa. Más suave y romántica es “Poema de amor”, un medio tiempo de producción minimalista y delicada que permite que la voz destaque y le prestemos más atención a lo Julia nos está susurrando sobre el amor, el desamor, la pasión y el desencanto (con ese “no vas a volver” que se repite durante toda la canción). Tras estos minutos de oscuridad en los que se da énfasis a los pensamientos negativos, en “Otro planeta” nos canta sobre la idealización del amor, sin abandonar ese espíritu melancólico que inunda todo el disco. La voz cálida y emotiva de Julia transmite muy bien la sensación de vulnerabilidad y honestidad que requieren todas estas canciones. De este modo, podemos vernos reflejados tanto en los momentos más delicados, en los más tristes y los más melancólicos, pero también en esos en los que canta sobre la importancia de aceptarse a uno mismo y quererse pese a nuestras imperfecciones y debilidades.

Y podríamos seguir con “No vale la pena quedarse”, con su producción elegante y sofisticada, que después de esta montaña rusa de emociones parece marcar el inicio de un aire de esperanza y optimismo que se acaba desvaneciendo, preguntándose si vale la pena todo este sufrimiento. Ahí está “Lo que pensé que era el amor” corroborándolo o ese capítulo final que es “Ya no lo siento”, en la que Julia Amor se enfrenta a todo el dolor acumulado con valentía para encarar, por fin, una nueva etapa.