Living With The Living

Ha costado, pero al fin empieza a conocerse uno de los últimos héroes subterráneos que nos quedan. Ted Leo me gusta por varias cosas.

Ha costado, pero al fin empieza a conocerse uno de los últimos héroes subterráneos que nos quedan. Ted Leo me gusta por varias cosas. Primero porque es uno de los pocos cantautores políticos que asume su condición y a la vez está perfectamente integrado en el tiempo que le ha tocado vivir. Segundo por su música: enérgica, vital. Un cóctel explosivo que agrupa lo mejor de cada lado del atlántico: la urgencia pop de The Jam, el sonido Dischord, las melodías del punk americano y esa voz pasional que le convierte en el elegido para continuar la tarea que empezó Kevin Rowland (Dexy’s Midnight Runners). Tercero por su directo, honesto como pocos. Su reciente “Living With The Living” no es su mejor disco, pero en él Ted Leo vuelve a salirse con la suya, eso sí, pese a la larga duración del disco y a algunos desvaríos como el amago sinfónico de “Annunciation Day” y el brote psicótico de “Bomb Repeat. Bomb”. Pero, por algo es un héroe. Ahora que nadie dude que los estribillos de “The Sons Of Cain”, “Who Do You Love?” y sobre todo “La Costa Brava” van a volver a dibujarse en nuestros labios un verano más.