Hay discos que... simplemente le devuelven la fe a uno. Discos que actúan como un bálsamo. Discos que te acarician y purifican. Si hay que ser franco, deberíamos reconocer que todos los que vivimos de este mundillo, hemos pasado por momentos de desánimo en los que todo lo que se publica nos parece una mierda. Momentos que pueden durar un instante o que pueden durar unos meses, depende del grado de depresión en el que te hayas sumido. Pero entonces, cuando menos te lo esperas, llega a tus manos “el disco”.
¡Dios, qué momento! Lo pones en tu reproductor y notas cómo se diluye todo tu escepticismo, cómo se entregan tus sentidos. Ben Harper & The Innocent Criminals: un doble en directo, una cara eléctrica con una banda de lujo dando un soporte a la altura, otra cara acústica con un Ben Harper saboreando cada una de sus frases, cada uno de sus rasgados, cada una de sus canciones. Un auténtico lujazo: por la selección de los temas, por su inteligente disposición y orden, por su interpretación de auténtico maestro, por su personalidad apabullante tanto en las notas que consigue arrancar de sus viejos modelos de guitarra, como por las que consigue arrancar de una garganta que serpentea entre el blues, el folk, el soul y toda la negritud que sus venas le otorgan. Y ya por último, que esto se acaba, por una presentación, en formato digipack, que es un gustazo. ¿Alguien da más?
ok
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