La ascendente carrera de la sueca Anna Von Hausswolff hizo check a lo grande con su participación en el mítico y prestigioso Montreaux Jazz Festival de 2018, actuación inmortalizada con esta edición, simplemente llamada “Live at Montreaux Jazz Festival”. En estas seis canciones se da una muestra de lo que supone la experiencia de presenciar su directo, profundo, conmovedor momento que ofrece múltiples lecturas y sensaciones hondas.
El repertorio se ocupa de visitar sus discos “The Miraculous” (15) y “Dead Magic” (18), no hay rastros del consagratorio –dicho esto más que nada a nivel de exposición– “Singing From The Grave” y eso está muy bien. La cohesión que logra entre las canciones de ambos álbumes –oscuras, cantadas con el alma, dibujantes de ambientes opresivos, que hacen arte del desequilibrio– es óptima y esa impronta de sentimiento desgarrado, pasión incomprendida y desvelo sentimental que desatan sus canciones se refleja en grande gracias a una actuación precisa y un audio perfecto para la ocasión: con sus rispideces sonoras, pero con un admirable feeling que favorece al máximo a la expresión más sincera de la propuesta.
La historia de la participación de Von Hausswolff en este festival tiene que ver con una secuencia de energía y espiritualidad, tal como su música: un amigo personal la propuso durante años para participar del famoso festival, y la confirmación de parte del evento llegó poco tiempo después de que el mencionado amigo muriera de repente. Lo emocional de la situación se refleja en la ejemplar performance de Von Hausswolff y su banda, en la que participa como corista su hermana Maria.
“Live At Montreaux Jazz Festival” funciona como un souvenir de lujo para sus seguidores y como un elemento de descubrimiento para los ajenos y, en cualquier caso, también como aperitivo de lo que será su próximo disco, que seguramente la encontrará en un momento de madurez digno de disfrutar.
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