“Needed guidance through the dark, I know sad times…”. La increíble bola de popularidad de Little Simz en los últimos años ha hecho que crezca como estrella de una forma abismal. Se ha enfrentado a monstruos que hasta ahora desconocía, ha abierto puertas que sentía cerradas, pero también se ha visto obligada colocarse en un lugar de privilegio desde el que poder ver su personal mundo con todo detalle. Intenta comprender cómo la fama te cambia la vida, busca ayudarse a sí misma, conseguir continuar siendo libre. “No Thank You”, su quinto álbum, llega así como un torbellino de pureza para limpiar todo lo que reinaba en la cabeza de Simbi. Una especie de borrón y cuenta nueva, de lista de aprendizaje para finalizar el año. Es un disco impulsivo en el que prioriza las letras sobre bases que hacen que se sienta cómoda y en familia. Una joya sanadora que derriba muchos muros para que la oscuridad escape y ayudará a muchos a auto conocerse mejor a través del reflejo de la historia de la propia artista. A través de alguien que, pese a estar en lo más alto, ante todo sigue protegiendo sus raíces, solo quiere desarrollarse artísticamente y aprender a luchar contra los demonios que puedan aparecer en el camino.
Bajo la ya clásica producción de Inflo y de la mano de Cleo Sol, Little Simz se arrastra por sus recuerdos y recupera imágenes que necesita cuestionarse (“Why you wanna make a mockery of my pain? Way too long we been carryin’ the shame?”). A través de este álbum la estrella sentencia toda esa presión social que no hace más que aislarla en una soledad donde sobre analizar todo aquello que verdaderamente tiene un valor más allá del puro materialismo del día a día. “No Thank You” es así un disco para no olvidar, para apreciar de nuevo nuestra herencia y las duras luchas por la libertad. Es un disco de cicatrices, de heridas que jamás llegarán a cerrarse, pero con las que aprendemos a convivir. Un álbum que viaja al pasado para explicar la importancia de este en el presente (“How you go against the same system you were colonised by?”). Así, Simbi narra decidida una vez más su propia historia, sus frustraciones entre melodías gospel que invocan la salvación, entre cortes cargados de un alma sanadora que sirven como terapia. Y es que es curioso cómo durante todo el álbum permanece de forma constante esa sensación de que este disco aparece por la pura necesidad de una creadora de abrirse al mundo en un momento determinado y sintetizar sus valores de la forma más clara posible. Es un álbum de guerrilla, un disco sin expectativas, una pieza sencilla, delicada, auténtica, directa y personal.
Simbi huye de sorprender a nadie con grandes experimentos o nuevos giros de guion. Sin embargo, sabe perfectamente el poder de sus barras y su increíble capacidad para contar historias. De ahí que “No Thank You” también sea un álbum que desprende una seguridad envidiable. Una serenidad a la hora de exponer su dolor y una grandiosa firmeza a la hora de certificar que está lista para la batalla. Una batalla más mental que física, una batalla en la que seamos capaces de asumir que la perfección no existe, pero que a su vez somos perfectos tal y como somos (“I’m ready to do the unthinkable. Fuck rules and everything that’s tradicional”). Que es lógico sentirse como un invisible en mitad de un mundo de plástico que pocas veces mira hacia los valores humanos y que, por supuesto, jamás prioriza la salud mental frente a nada. Que no pasa nada por estar roto, pedir ayuda, que las piezas del puzzle siempre pueden volver a colocarse (“Feel you’re broken and you don’t exist, when you feel you’re broken and you cannot fix it”).
La generosidad y verdad de “No Thank You” hará que este disco no sea simplemente un álbum más en la carrera de Little Simz. Ha sido un álbum lanzado fuera de cualquier estrategia de mercado centrada en seguir potenciando su evolución en la industria. Pero, a veces, un artista también tiene la necesidad de sacar su arte del embalaje habitual y dejar que este fluya a su antojo. Era evidente que Simbi necesitaba escribir para sanar y necesita ayudar a los demás para sentirse verdaderamente útil. Solo así tiene un verdadero sentido el haber llegado hasta aquí y toda esa sangre derramada por el camino.
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