Sin lugar para las sorpresas no es este el mejor disco para descubrir a este talentoso compositor de dulces tonadas pop-rock de ascendencia folk e indudable sabor americano. No sería justo. Cualquiera de sus anteriores referencias está por encima de lo ofrecido en este “Little Moon”, un sexto trabajo de estudio en el que trasciende cierto deja vu que lo convertirá en un disco quizás valioso para sus escasos seguidores, pero intrascendente para el resto de los mortales. Esa mayoría silenciosa seguirá ignorando a un músico que debería gozar de mayor popularidad, pues sus tonadas son blancas, amables e incluso por momento inocuas, hechas sin aspavientos o arreglos desmesurados. Bien al contrario: en Grant-Lee Phillips todo suena como debe y poco se escapa a una profesionalidad sin mácula. Y el problema quizás resida precisamente en eso. Al americano cabe exigirle que asuma más riesgos o de lo contrario continuará en esa larga nómina de los ignorados.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.