Muchos lo han intentado antes y casi todos han perdido la batalla. Limp Bizkit, sin ir más lejos, dejaron de lado el rap metal agresivo a la búsqueda de un sonido más maduro. Ahora le ha llegado el turno a Linkin Park, quienes pretenden resolver su futuro con “Minutes To Midnight”.
El primer acierto ha sido contratar a Rick Rubin, productor paciente e inteligente, una mano sabia que sabe dar buenos consejos y que no pretender influir más de lo debido en el trabajo de los artistas. Aunque centrémonos en sus canciones. “Leave Out All The Rest” sigue las coordenadas de “Meteora”; “Bleed It Out” es una muestra de que aún pueden rapear con cierta virulencia y “No More Sorrow”, de que aún se manejan bien en el metal de baterías rocosas; “Given Up” es su apuesta por las guitarras de sus primeros tiempos, ofreciendo los minutos más cercanos a su obra anterior.
Pero aquí llegan los cambios, con canciones como “Shadow Of The Day”, donde el pop toma la iniciativa y nos absorben con los encantos de sus melodías. Bajan el listón con esas muestras de pop adolescente un tanto insulsas que son “Valentine’s Day” e “In Between”, para recuperar el pulso con “What I’ve Done”, en la que se muestran en excelente forma. La electrónica de “In Pieces” y la ambiental “The Little Things Give You Away” ponen el broche de platino a un disco que ha marcado ya un antes y un después en la carrera de los californianos.
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