Nació como proyecto paralelo entre miembros de bandas amigas (Aliment, Mujeres y los extintos Piñata!), pero pronto empezó a volar con entidad propia más allá del simple pasatiempo. Así lo demostró el primer el mini-lp de los catalanes, “La pedregada” (12), una excelente dosis de neo C-86 con guitarras nerviosas, guiños surf y estribillos ganadores que te persiguen y perseguirán felizmente toda la vida. Acto seguido vino la confirmación con “L’estat natural” (14), un disco más oscuro que, eso sí, no olvidaba las melodías infecciosas a pesar de tener un sonido denso y cercano al shoegazing clásico.
Ahora, la evolución del sonido Univers sigue en “Límit constant”, un trabajo, en parte inspirado en la obra del filósofo polaco Zygmunt Bauman –el título del álbum hace referencia a unas de sus teorías más conocidas: las realidades líquidas-, donde las cajas de ritmos cobran protagonismo. Es más, el disco se mira en el espejo de los primeros ochenta: la primera época de The Cure (en “Rocaprevera” hay un riff de guitarra inspirado en “A Forest” llevado, eso sí, a los terrenos del pop cardíaco), en New Order (la sorprendente y marcial “Barcelona JJOO”), y en el synth pop tenebroso de la era (ojo con la ensoñadora y fantástica “Aliança 2000”). Esos nuevos aires de Univers no entierran por completo sus aficiones pasadas: aquí sigue habiendo alma surf y efervescencia pop. Buena prueba de ello es el trío de canciones soleado y vibrante que forman “Supera el col·lapse”, “Mecànica moderna” y “L’umbracle”.
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