“Let’s Start Here.” es uno de esos álbumes que llaman la atención de repente, sin crear demasiadas expectativas, y que suponen un soplo de aire fresco en un panorama musical muchas veces anquilosado, que encumbra obras lineales y donde la originalidad brilla por su ausencia, gracias al buen nombre de sus autores. Un tipo de obras que, he de decir, muchas veces yo mismo intento encumbrar en este espacio, y que son absolutamente disfrutables, quizá incluso más que este “Let’s Start Here.” que, por otro lado, lo tiene todo a su favor para convertirse en uno de los discos de la temporada
Lil Yatchy se ha sumado con este álbum a un club selecto formado a base de esfuerzos individuales. Lo que tienen en común estos grandes trabajos es que nacen de un espíritu personal e intransferible. Aunque beben de un background común, cercano al hip hop y sus derivados, el gran laboratorio de hallazgos musicales del siglo XXI, todos tienen una esencia única que desarrollan con calidad en fogonazos de brillantez. Las veces que un artista es capaz de alcanzar esta cima es lo que determina su caché artístico. En el caso de Lil Yatchy, que ha sorprendido a todos llevando su música a dónde nunca antes había estado, en términos de concepto pero también de ejecución, nos encontramos ante su primera obra magna. Resulta más que sorprendente cuando la última referencia que teníamos de Lil Yatchy era “Poland”, un hit de minuto y medio que se vitalizó en redes sociales y que no tiene absolutamente nada que ver con nada de lo que podemos escuchar en este álbum, pero que le ha venido como anillo al dedo al llegar en el momento justo, y sin pretenderlo, por generación espontánea popular, para situarle en el mapa de nuevo justo a tiempo para que todo el mundo le mire con otros ojos.
Un pie puesto en el hip hop, otro en el r’n’b alternativo; un juego del Twister en el que se apoya también en el funk, la electrónica ambiental y el pop psicodélico de muchos kilates y pocos complejos. Gracias a ello “Let’s Start Here.” es un hallazgo que sitúa a Lil Yatchy en una esfera distinta a la que nos tenía acostumbrados. Lil Yatchy explora a nivel sonoro un territorio neblinoso viniendo de un pasado en el que los sonidos eran mucho más corpóreos.En cristiano, el trap. La evolución del sonido que encontramos en “Let’s Start Here.” respecto de la saga “Lil Boat” puede recordar a la que protagonizó Tyler, The Creator y que le ha convertido en la cara amable del universo hip hop, apta para exportar a una escena europea, en la que, igual que en el cine, se respeta más a los auteurs y a quien pretende serlo. El sabor de boca que deja un álbum plagado de canciones de primer nivel es incluso mejor que el de las últimas referencias de Tyler.
El viaje que propone Lil Yatchy no es el de un explorador que mira su brújula en mitad de la selva y encuentra –va encontrando– lugares distintos entre sí que aprende a reconocer a la perfección, es el de un cartógrafo que llega al estudio de grabación con un mapa del tesoro que indica de antemano a dónde ir. La proporción de detalles es la indicada para crear algo nuevo, diferente a cualquiera de sus ingredientes por separado, como todo buen guiso. Temas como “the ride-“, “pRETTy”, “running out of time” o “IVE OFFICIALLY LOST ViSiON” son joyas que salen de la tierra perfectamente pulidas. Cuesta imaginarse un equilibrio tan poderoso entre la autenticidad y la perfección, pero Lil Yatchy lo ha descubierto, mapa en mano, para el deleite de todos.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.