Por supuesto lo ha editado nuestro gurú, el ayatolah de Rise Above, Lee Dorrian, aunque eso no significa que suenen menos cabezones, machacones o devastadores que de costumbre. Cierto que no han superado los riffs monolíticos de “Dopethrone”, pero sí han ganado en ferocidad y velocidad (“We, The Undead”). Por primera vez en su carrera han acelerado los tempos para emerger triunfalmente con un “Master Of Alchemy” de dos partes que se erige en uno de los mejores momentos de su presente. Una vez más, nos han brindado un clásico del género. Ahora falta que solucionen sus problemas internos y éste no sea su disco de despedida, y eso sería muy triste, por mucho que sea una despedida de dinosaurios.
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