Si dos cabezas piensan mucho mejor que una, ¿cómo cuentan quince voces una historia? “Cuando te muerdes el labio” es el nuevo disco de Leiva. Una proeza logística, madurada –eso sí– durante años y que arroja un juego de palabras: el primer álbum de dúos del madrileño es también su mejor disco en solitario.
Un elenco de “voces amigas” arrastra al cantautor a ampliar el foco estilístico. Ha aprendido a echar el freno: el rock pasa a un segundo plano. Los combos con Zahara, Natalia Lacunza, Zoe Gotusso o Tulsa llevan al ex Pereza a atreverse con melodías y arreglos totalmente nuevos. Menos épicos, más variados y sugerentes.
Donde no llega su voz, lo hace la de sus compañeras de viaje.
Una de las que más estira el chicle estético es Ximena Sariñana, con la que el músico guarda quince años de relación. Ya en un primer encuentro, fantaseó con hacer un disco conjunto. Tipo She and Him. No pudo darse. Pero cuando retomó la idea de “hacer un álbum con muchas artistas”, una de las primeras que se le vino a la cabeza fue ella, que ya había participado en “Nuclear” un tiempo atrás con la ansiolítica “Godzilla”. El resultado es el adelanto “Histéricos”, de sonido “al estilo Neil Young”, como él mismo define en el “Takeover” grabado para Spotify.
Leiva ha hecho un disco en que hace sinónimos amor y amistad. Buscar aquello de –dicta en dicho “Takeover”– “cuando las cosas suceden bien”. Letras cinceladas como las que acostumbra desde “Monstruos” (16) y otros mundos sonoros, redefinidos por artistas de diverso pelaje: “Flecha” juega con Elsa y Elmar al sonido retro y en “Con el pañuelo en los ojos” viaja de una ranchera hacia el pop (Gaby Moreno). “El texto cantado por mí tiene un sentido y cantado por ella, como yo no podía ni atreverme...”, define Leiva. Es una constante: la cura de humildad respecto a la propia voz y las ganas de escuchar nuevas opiniones perfilan su método.
Para ello, Leiva se fue a Ciudad de México en plena pandemia, antes del histórico Vive Latino. “Peligrosamente dark” nace en ese contexto: el artista sitiado en un hotel poco antes del encierro mundial, la visita de Silvana Estrada y un momento de claroscuro para llegar al hipnotismo pop.
Finalmente se quedó en la capital chilanga. Allí retomó composiciones también con Daniela Spalla. La artista le presentó a Adan Jodorowsky, que acabó siendo uno de los productores del álbum. Junto a Spalla terminaron “Cuando te muerdes el labio”, que da título al disco y que llevaba años en barbecho. Las amistades, como las canciones, hay que madurarlas con mimo.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.