Apocalipsi

Debo reconocer que cuando Leïti Sene estrenó ‘MAN DAN GA’ hace unas semanas como adelanto para esta segunda versión de ‘APOCALIPSI’, pensé que el paso atrás que había dado respecto de ‘JÖM’, su increíble trabajo de 2021, en la primera entrega de este proyecto de nombre bíblico, se había materializado, que abandonar un estilo único -códigos, producciones, visión- en pleno apogeo del mismo había sido un error garrafal que le condenaría al limbo de aquellos artistas que no saben tocar la tecla más de una vez. Finalmente, con la publicación del este álbum completo, ‘APOCALIPSI’, Leïti Sene da dos pasos en lugar de uno: el primero hacia un lado, abriendo un camino virgen que no ha empezado a recorrer todavía, el de la música más alternativa, con influencia del boom del urbano pero abierta a recibir muchas más influencias; el segundo, inequívocamente hacia delante. Leïti Sene deja de ser una promesa, sí, como anticipé, pero para convertirse en una realidad.

Y es que ‘APOCALIPSI’ es un álbum doble, que no un doble álbum, construido desde adelante hacia atrás, y, al mismo tiempo, perfectamente acompasado cronológicamente. Ahora que ya conocemos el proyecto entero, vemos a un artista que nace en el post trap para abrazar durante su crecimiento sonoro la electrónica, el afrobeat y el minimalismo para, cuando le llega la hora de engendrar, parir un trabajo soberbio, que crece con cada escucha -la primera está sustentada en la extrañeza, en el sentido formalista ruso del término; y en varios hits- y que gana cohesión minuto a minuto. En los siete temas que abren el álbum, de nueva factura, hay un ansia de renovación, no solo del propio proyecto, también de una la misma escena que ahora quiere trascender. Las cimas de ‘APOCALIPSI’, con La Zowi, uno de los temas más sensuales y vibrantes del año; y sin duda, una de las colabos más interesantes que he escuchado ene los últimos tiempos; ‘SALAM ALEIKUM’, o ‘. Y APARTE’ son incontestables, y funcionan tanto en sí mismas, como lo hacen siendo parte del álbum, como, y esto es lo más complicado, como marco para los temas que vieron la luz en la primera entrega, en el ‘Vol. 1’.

Un ‘Vol. 1’ que ahora forma la segunda mitad del álbum, donde volvemos a temas ya conocidos como ‘Bitcoin’, que están mucho más conectados a la antigua versión de Leïti Sene, y que aunque aparecieran primero, se escuchan ahora después. Así Leïti premia a quienes asistieron a ambos pasos del proyecto, regalándoles (regalándonos) las dos experiencias; la de la expectación y la duda y la de la confirmación.

‘APOCALIPSI’ es uno de esos proyectos excepcionales, únicos, se sabe todavía en mitad del viaje que supone; un álbum nacido de un momento concreto de un artista con ansia de convertirse en algo diferente a lo que era. Para eso, claro, hace falta estar bien acompañado. Y no se trata de Trueno o Alu o La Zowi; sino de los productores del álbum y miembros de Cute Mobb, el germen de lo que es a día de hoy Leïti Sene como artista: Bexnil, iseekarlo o Young Wolf; además de otros como Purps on the beat o Chineseguy2021. Una exhibición absoluta de originalidad y ejecución que Leïti Sene es capaz de dirigir y aprovechar para su beneficio y para el de un oyente que encontrará en este trabajo la frescura que tanto ha esperado.

El contenido letrístico del álbum merece un aparte y ser broche. No sé exactamente en qué vaina está Leïti Sene, más allá de una paternidad que le debe haber cambiado, como también le habrá cambiado artísticamente su relación con una personalidad como la de Sita Abellán, una de las creativas españolas más importantes -realmente- a nivel mundial, pero ‘APOCALIPSI’ es una auténtica movida extraterrestre a medio camino entre la espiritualidad; el sexo; la naturaleza y la introspección (si es que todo esto no es lo mismo). Sin querer desvelar nada, es absolutamente imprescindible entrar en el universo que describe y narra Leïti Sene para que el álbum te conmueva, te llegue de alguna forma o te atrape. Está construido para eso. Y es que ‘APOCALIPSI’ no se trata de un camino, finalmente, sino de un laberinto; no temporal, sino espacial. En todos los sentidos.