Autoficción
DiscosLas Odio

Autoficción

6 / 10
Maria Ballesteros — 12-03-2019
Empresa — Autoeditado
Género — Pop

Empecemos por aclarar algo: Las Odio no hacen punk. Hacen otra cosa. Podríamos denominarlo tonti punk, post pop o ponk (un término que nace como resultado de mezclar las palabras pop y punk). El punk que yo conozco es crudo, el tempo que lo marca se acelera tanto como la rabia contenida en la temática que se aborda y, además, se interpreta vocalmente con mucha mala uva. Y las cuatro mujeres que forman este grupo no llevan a cabo ninguna de estas tres cosas.

Permítame empezar así, con esta aclaración. No está de más comenzar las historias por el principio. Matizar suele ser importante aunque ni esta reseña ni este disco le vayan a cambiar la vida.

Las Odio tienen determinación en su discurso (porque saben lo que dicen), pero bien es cierto que como intérpretes les sigue faltando algo de peso. No tiene que ver con cantar más o menos afinadas o con saber tocar mejor o peor el instrumento de turno. Tiene que ver con tener actitud, con engolfarse gracias a las palabras que se pronuncian y con cada una de las notas que se tocan. Y, ¡ay pobres de nosotros cuando Las Odio decidan convertirse en unas lobas malas que nos canten las cuarenta a con la agresividad y el ingenio que se espera de ellas!

El segundo LP de Las Odio se abre con una declaración de intenciones llamada ‘Lo quiero todo’ y tiene versos como este: “Quiero que mis ex sean mis mejores amigos / salir todos juntos y que sea divertido”. Ojalá antes de alcanzar la paz mundial pudiéramos llevarnos bien con las personas que nos han jodido la vida, con las que se ha acabado el amor (de tanto usarlo o de todo lo contrario) o a las que hemos destrozado en mil pedazos. Y no, esto no es sarcasmo: es un sueño por cumplir.

Atención también a canciones como ‘Fieras’ y ‘El derecho a la pereza’. La primera aborda lo tremendamente normalizado que está el insulto hacia las mujeres en el lenguaje (que levante la mano quien no haya pronunciado la frase “esto es un coñazo”). La segunda aboga por hacer la nada como actividad. Sí, ¿qué pasa? La ausencia de quehaceres y de movimiento físico debería estar tan bien considerado como dormir.

La portada de ‘Autoficción’ sorprende. Algo descontextualizada para un grupo como Las Odio en el que se supone debe de haber más transgresión que elegancia. Ojalá en el tercer disco decidan qué tipo de grupo quieren ser. Algun@s de nosotr@s estamos impacientes por comprobar, realmente, de lo que son capaces.

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