Las Bajas Pasiones se desatan en su tercer disco, “Neocancaneo” (Delirics, 22). Este trío artístico después de dos años de pandemia ha necesitado que todo eso que guardaban dentro explotara de alguna forma. La manera que han escogido para hacerlo es este álbum con trece canciones plagadas de mensajes reivindicativos, descarados y, sobre todo, libres.
A ellxs, como a todxs, el confinamiento nos ha afectado de una forma u otra. Para Las Bajas Pasiones fue, al principio, un auténtico delirio de composición que se vio frenado por la falta de vivencias. Pero, cuando volvieron a componer decidieron que todos aquellos temas que sonaban más lentos deberían quedar atrás, o bien, darles una vuelta. Es por eso por lo que apenas encontramos temas que tengan muy poco ritmo, porque buscan todo lo contrario, generar una sensación de agitación entre sus oyentes.
La canción que mejor representa este anhelo de buscar la excitación es “Pintauñas negro”. Asentada en la mitad del disco se encuentra lo que ya se ha convertido en el auténtico himno de la banda, una canción que te lleva directamente a situarte en una sesión del Dirty de Razzmatazz con tus amigos y que te invita a desinhibirte de forma total. Una pieza que explica a la perfección el resto del trabajo en el que juegan con los ritmos electrónicos y un fraseo del todo urbano con un lenguaje salvaje, atrevido y visual, logrando crearte auténticas imágenes de aquello que están diciendo. Sin duda, un hito que es muy complicado de conseguir.
Y aunque ya habían hecho sus pinitos en catalán, en “Neocancaneo” nos encontramos su primera canción integra en dicho idioma. “Rebel·lia” explica muy bien el mensaje integrador que tiene la banda, de no dejarse nadie atrás, ni por sus ideales, condiciones, idiomas o apariencia. Tanto por el hecho de cantar en el idioma de Cataluña como por la letra que se encuentra detrás de ese ritmo electrónico tan hipnótico.
No abandonan la tradición que habían mantenido en sus dos anteriores trabajos, incluyendo al final del todo dos remixes. Estos se tratan de antiguas composiciones que habían presentado en sus otros discos y a los que deciden invitar a otros artistas, y a ellos mismos, a darle una vuelta a “Verde precioso” y “Rizomas salvajes”.
Han sabido reponerse al duro golpe de la pandemia, en parte gracias a su experiencia a componer desde la distancia, y presentan su disco más frenético hasta ahora. Un hecho que quieren potenciar en un espectáculo más cercano a una auténtica rave que a un concierto convencional. Ahora solo nos queda abrazar estos himnos y gritarlos en sus shows como si no hubiera un mañana.
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