Blue Banisters
DiscosLana Del Rey

Blue Banisters

7 / 10
Álvaro Tejada — 25-10-2021
Empresa — Polydor / Universal
Género — Pop

Pocos artistas de los que ahora mismo reinan en las listas de éxitos podrán decir dentro de diez años que su primera canción sigue siendo relevante. Este mes se cumplía una década desde el lanzamiento de “Video Games” de Lana Del Rey, una canción que ha marcado a la artista desde ese instante y que ha significado un antes y un después en la música de entonces (y, por ende, en la que escuchamos hoy en día). Esa balada inocente a base de piano, cuerdas y voz creó escuela dentro del pop más indie o alternativo, siendo imitada cientos de veces después no solo en la melodía sino también en la estética que proyectaba su letra y su vídeo. Lana Del Rey se alzaba como la reina sad de Tumblr en 2011, una etiqueta que le abrió muchas puertas, pero también una losa con la que aún carga a sus espaldas. Sin embargo, ella sigue su propio camino, ajena a todo lo demás. Prueba de ello es “Blue Banisters”, su segundo disco en un año.

Nadie que escuchara escépticamente Born To Die en 2012 pensaría que, diez años después, su autora continuaría publicando discos como churros. Lana ha callado bocas de todos los que en su día la criticaron, ganándose el respeto de la crítica y de un público fiel que la considera una auténtica compositora de los pies a la cabeza. Su forma de crear música recuerda a grandes artistas que ya son clásicos, como Leonard Cohen, Bob Dylan o Amy Winehouse. Muy inspirada en el sonido Laurel Canyon, Lana ha encontrado la fórmula exacta para combinar su sonido más indie-pop con uno más folkie, jazzy o incluso blues-rockero. Muy pocas artistas consiguen levantar una carrera musical como esa durante tanto tiempo, siendo cabeza de cartel de grandes festivales a nivel mundial.

Pero hablemos de “Blue Banisters”, el disco en concreto. Este nuevo álbum se nos presenta con quince canciones y una hora de duración. Es decir, continúa siendo material de fan. Y digo esto porque, además del alto número de canciones, el sonido de este trabajo no sorprenderá al que se acaba de subir al carro. Lana se ha convertido en esa artista cuyas canciones ya no van a generar sorpresa, sino confort. Y eso me parece la clave del éxito a largo plazo: encontrar ese hueco en la vida de las personas que te haga formar parte de su banda sonora. Algo parecido le pasa a Adele, a quien acaban de criticar también por no haber arriesgado en su regreso en seis años. Quizás es que la era de los estímulos constantes y de TikTok nos haya hecho más mal que bien. ¿De verdad es necesario ver a estas dos señoras haciendo música urbana?

En ese sentido, lo que más se acerca al trap en “Blue Banisters” es la base final del interludio llamado “The Trio”. Lo demás es puro classic Lana. De hecho, lo que reina en este disco son las baladas a piano y voz, sin mucho más arreglo. Pero lo que perjudica a este álbum en comparación con sus dos predecesores –muy buen considerados por la crítica– no es su simpleza en términos de producción, sino más bien el conjunto de temas en él.

Por un lado, encontramos canciones que sabemos que fueron compuestas para este trabajo porque integran la actualidad del mundo de una manera exquisita: Lana menciona la cuarentena, las llamadas por Zoom (“Black Bathing Suit”) o las criptomonedas (“Sweet Carolina”), así como el movimiento Black Lives Matter (“Text Book”). Por otro, ha decidido reciclar temas de hace años que se encontraban en el fondo de algún cajón y que, bien por haber sido ya filtrados o bien por sonar algo lejanos, parecen más un pegote que una decisión que favorezca la cohesión narrativa (“Cherry Blossom”, “Living Legend”, “Thunder”). Sin embargo, a pesar de que fuera pensada para Chemtrails Over The Country Cub, “Dealer” junto a Miles Kane es sin duda una joya de este disco.

Me estaba gustando que Lana comenzase a profundizar más en temáticas de actualidad social, política o cultural en sus canciones. Y en “Blue Banisters” encontramos pinceladas de realidad en 2021, pero también algo de relleno innecesario que confunde al oyente con el leitmotiv del trabajo en sí. No es su obra más perfilada, desde luego, pero siempre será un placer sentarse a escuchar lo que hace. Aunque pasen diez años más.

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