Llega como puñalada, con una precisión y una agilidad que entran a matar. “1917” es la carta de presentación de Queralt Lahoz: cinco temas que dejan con ganas de más. En estos fugaces dieciocho minutos, la catalana mezcla con destreza diferentes sonidos urbanos y latinos, atravesados por un denominador común: el flamenco. En “Como puñalá”, el primer adelanto del EP, ya evidenció su facilidad para combinar estilos y géneros, sin caer en lo abigarrado. Con un rap extremadamente melódico, afinado por su vicio de cantante y combinado con bases de trap, Queralt no pierde la ocasión para hacer un guiño al romance “Menos faltarle a mi madre” de Pepe Pinto (“Una mare no se encuentra y a ti te encontré en la calle”). De hecho, son las mujeres de su alrededor, con sus historias de valentía y superación –o de supervivencia, en algunos casos– las que han inspirado las letras de “1917”. Sin ir más lejos, el título escogido hace referencia al año de nacimiento de su abuela, María, una mujer que partió de Granada con seis hijos y se asentó en Santa Coloma de Gramenet, núcleo de inmigración andaluza que vio crecer a la artista. En “María la Molinera”, un tema anterior a este lanzamiento, Queralt le rinde homenaje a su antecesora, que llegó a Barcelona con “tanta hambre, guerra y lucha a sus espaldas, tanta libertá robá en su mirá”. El orgullo de clase y su amor incondicional por el barrio obrero se palpan en toda su música, como ya se podía entrever en la colaboración que realizó con Isma.L186 en “Pa mi barrio (me duele)”, un tributo a Santa Coloma y a su gente.
“1917” conjuga –con éxito– el sonido urbano con la tradición flamenca más arraigada, pura y sentida que encarna Queralt, estableciendo un sugerente diálogo entre el pasado y el presente. La producción, de la mano de Fede Jahzzmvn, Viktor Pizza y Pau García, está en consonancia con la escena urbana actual, pero consigue sorprender con giros en las melodías, que beben de otros estilos que van desde los fandangos (“Valor”) al afrobeat (“Me gusta”), pasando por la guajira (“Línea 18”). Esta última canción es un viaje a las calles de La Habana, lugar en el que la artista compuso la canción, inspirada y dedicada a su amiga gitana, Amaia Heredia. El tema, cargado de ritmos de R&B latino, toma prestada la frase “me gusta por la mañana, después del café bebido, pasear por Las Habanas con mi tabaco encendido” de una guajira popular. El “yo vine a ganar, no a intentarlo” que comenta en “Me gusta” lo reafirma con el tema que cierra el EP, “Drogas Caras” (“yo ya gané”), con sonidos cercanos a Laskaar o Kaytranada.
Queralt sabe desde dónde canta y es fiel a sus raíces flamencas, que la delatan en los múltiples guiños a Enrique Morente, Las Grecas o La Niña de los Peines (“tu cara en la mía se vio”), entre otros. Su voz, en algunos momentos, delicadísima; en otros, cargada de fuerza y pena, emociona y adquiere mil y un matices diferentes en tan solo cinco temas. La colomense debuta con un EP logradísimo, que deja con ganas de seguirle la pista.
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