Después de más de siete años de silencio -lejos queda ya el discreto “Gravity The Seducer” (Nettwerk, 11)-, los otrora imprescindibles Ladytron regresan a escena con el que es su sexto álbum de estudio. La formación encabezada por Helen Marnie y Mira Aroyo se impuso como relevo generacional de formaciones de los noventa del tipo de Stereolab o Saint Etienne, si bien su propuesta siempre tuvo un poso post-punk que oscurecía leve y convenientemente los pasajes del grupo. Fue la época gloriosa de “Light & Magic” (Emperor, 02) o “Witching Hour” (Rykodisc, 05), que dio paso a tiempos más discretos tanto en inspiración como en popularidad.
Paradójicamente el cuarteto parece haber encontrado ahora el momento idóneo para retomar la actividad, ya que su pop abiertamente electrónico (synth-pop si se quiere asignar una etiqueta oficial) se encuentra de rabiosa actualidad. Un género que ha recuperado la presencia destacada de sintetizadores y teclados, y que de algún modo reinterpreta los ochenta hasta tornarse paradigma de modernidad. En realidad la propuesta de Ladytron en el presente disco homónimo no difiere demasiado de la ofrecida a lo largo de toda su carrera, y sin embargo aprovecha la fuerza de una tendencia sonora en vigor. Para enlazar con la corriente, el combo de Liverpool introduce (eso sí) algo de colorido adicional, y donde antes lucían monocromáticos blancos y negros ahora asoman tintes inéditos que propulsan las canciones hacia un pop accesible.
La jugada sale bien y el grupo es capaz de entregar mayoría de piezas funcionales y atractivas, que cobran fuerza adicional en la sugestiva interpretación de sus protagonistas. Es cierto que la formación excede el empeño al incluir un número excesivo de temas (hasta trece) y que la referencia es incapaz de mantener el nivel a lo largo de todos ellos, pero hay multitud de destacadas que devuelven la mejor versión de la banda. En dicha categoría se incluye la inicial “Until The Fire”, que a golpe de verticalidad destierra de un plumazo el posible escepticismo del oyente, el sencillo “The Island”, “Far From Home”, la imparable “The Animals”, “Figurine” (pura marca de la casa), la inesquivable “Paper Highways” o el reflexivo medio tiempo “Run”. Entre las situadas un peldaño por debajo (sin que el declive se torne trágico) se sitúan cortes como “Deadzone”, el acelerón de “You've Changed” o la final “Tomorrow Is Another Day”.
Si Helen Marnie, Mira Aroyo, Daniel Hunt y Reuben Wu hubiesen concretado un poco hasta dejar el lanzamiento en diez canciones, “Ladytron” (Ladytron Music, 19) sería uno de esos reencuentros gozosos y plenamente satisfactorios. En cualquier caso y cuando ya cabía albergar pocas esperanzas acerca de la vigencia o trascendencia del grupo, éste ha regresado con un trabajo notable que sin duda merece la pena celebrar. De hecho, es el mejor conjunto compositivo rubricado con la firma de los británicos en la última década y media, concretamente desde que apareciese el mencionado “Witching Hour” (Rykodisc, 05).
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.