Siempre Pura

Lachispa se prende en un parpadeo e irrumpe en la escena a fuego con “Siempre Pura” (24), un disco que suena rabiosamente actual y diverso, con empaque pop y omnipresentes sonidos urbanos y electrónicos, con marcado pulso de reguetón en piezas sobradas de soniquete y con aroma de club, como “La Glock”, disparando jondura urbana a quemarropa, o la inicial y ultra pegadiza “Mírame” (“mírame, como yo a ti te quiero, nadie te va a querer”); pasando por ritmos de folklores latinoamericanos en temas como el melódico y doliente echar de menos de “El Bolero” (“yo te lo juro, lo voy a hacer, / voy a robar un Mercedes, / pasearte conmigo y que todos lo puedan ver”), o ese renacer empoderado de “Demasiado tardé”, con el latido roto, pero convencido (“mientras me curo, con mi luz no le temo a lo oscuro”). Y dentro de ese equilibrado y pasional mestizaje de géneros, como base de todo, el flamenco, a veces más latente y otras más marcado y descarnado, como en la valiente sinceridad de “Blindá”, donde cuenta como la ansiedad te atrapa y sólo los tuyos, la gente que te quiere de verdad, pueden ayudarte, despegando por puro fandango (“A nadie le puedo explicar / lo que yo llevo por dentro, / a nadie le puedo explicar… / No hay pastilla ni veneno / que a mí me pueda aliviar, / ay, ni la fama ni el dinero / que a mí me pueda aliviar”); hasta reventar de flamencura en el cierre sorpresa de “Claudia”, su verdadero nombre, donde recrea cada uno de los estribillos del disco por bulerías, demostrando que la pureza, como decía Camarón, se haga lo que se haga, nunca se pierde si se lleva dentro y se canta con el corazón.

Así, puede hacer que se desborden las pasiones y suban las temperaturas con la sensualidad de los ritmos caribeños de “Descará” (“caliéntame que hace frío, / vamos a comernos como dos desconocíos”) o esas sevillanas con sabor a tequila y mucho pellizco (quejío puro en ese “Quítame este Valentino, que sin ti no puedo estar”) de “Adicta”, para luego seguir guerrera, compás flamenco y electrónico en vena, más allá del bien y el mal de amores, con sus niñas por el centro buscando una falda “Apretá”.

Raíces rejuvenecidas a base de una perspectiva generacional con mucha garra, acentuada en cada pegadizo estribillo, en cada afilada letra que firma junto a su equipo, rebosantes de identidad, frescura urbana y contemporaneidad expresada con poderío y sin tapujos.

“La curiosidad a tu gato lo mató, / se arrimó a La Chispa y se quemó”. Cuidado si te acercas demasiado a estas diez canciones, Lachispa no avisa y puedes salir ardiendo con la eclecticidad y energía de esta chiclanera, “Bichota como Karol G, / pura como La Paquera” y siempre auténtica.