El francés de Brest siempre ha sido fiel a su propio mundo (la coraza que otorga una timidez inusitada y el valor que da una honestidad personalizada), aún rodeándose de colaboraciones ya desde ese lejano –segundo disco- “Rue Des Cascades” (96). Sus cuatro discos oficiales hasta la fecha, su concierto radiofónico “Black Session” (99), su reciente colaboración con Françoiz Breut y sus colaboraciones para el celuloide (“La vida soñada de los ángeles” o “Alice et Martín”) le sitúan como uno de los músicos más prolíficos del continente europeo.
Su nuevo trabajo (con colaboraciones –ya enésimas- de Dominique A y Neil Hannon –preferiblemente comedido en su labor-, así como la primicia de contar con la voz de Lisa Germano en dos de los temas y toda una pléyade de músicos de cámara –Orquesta Sinfónica de Viena y un cuarteto de cuerda-) responde quizá a su comedida ambición para, aparte de su capacidad como multiinstrumentista, ejercer secundado por un director de orquesta. El resultado es un álbum que combina la fase más clasicista del pop en la que –desafortunadamente- Germano no es capaz de emular el listón dejado por Claire Pichet (hasta la fecha, la voz que se adapta mejor a sus composiciones) con su costado más tradicional (acordeón, violín, violonchelo... y sus aires más Comelade). En medio, “L´Absente”, tema en el que un solo piano esgrime toda la nostalgia de uno de sus discos menos intensos.
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