No es necesario, ni de lejos, que cada nuevo disco que escuchamos nos cambie la vida. De esos hay uno o dos. Del resto, de los que te acompañan, reconfortan y arreglan días muy largos, hay unos cuentos y siempre es una sorpresa agradable añadir uno a la lista. ‘La Villana Canta’ es una colección de canciones exquisita, doméstica, tan frágil y tan fuerte como esas mujeres que nos han salvado de los crujidos de la vida. Bajo la máscara de La Villana se esconde Natalia Quintanal, voz de las asturianas Nosotrash. Con temas atesorados desde hace tiempo y la colaboración de su hermano Pablo y Pedro Vigil a la producción, ha facturado un disco de doce canciones en los que los ecos de su banda anterior planean en temas como ‘La Culpable’ (guiada por un piano delicioso y una instrumentación exquisita) , ‘Maletas y Billetes’ o ‘El Crujido’. Son dos cortes muy cercanos a los popemas con los que Nosotrash dieron una vuelta de tuerca al arte de contar historias desde el costumbrismo y el minimalismo más preciosista. En otros, como en ‘San Cristobal’ o la canción que da nombre al proyecto –y que es un no-tan-secreto homenaje a la madre de la artista- los aires fronterizos se cuelan entre las estrofas con unas trompetas que evocan desiertos en lugar de las frías aguas del Cantábrico.
Editado en su propia discográfica (Discos La Fórmula), y envuelto en brillante cartón dorado, no sólo nos conduce por lugares que ya conocemos, sino que arriesga en nuevos caminos como ‘Pliegues’ o los efectos que acompañan a la voz en ‘La Estraperlista’. Como la mala del cuento, nos deja con ganas de conocerla más de cerca.
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