Él Mató A Un Policía Motorizado llevan más de una década construyendo un discurso autónomo y sin fisuras dentro del rock independiente argentino. Ahora, tras haber pasado cinco años desde su último largo, “La dinastía Scorpio”, la banda platense sale de su zona de confort para entregar “La síntesis O’Konor”, un disco en el que el muro de guitarras marca de la casa se desvanece en favor de la minuciosidad y el trabajo en los detalles.
Lo primero que llama la atención en comparación a sus anteriores trabajos es el protagonismo que esta vez asumen algunos elementos en su música. Podemos hablar tanto de las percusiones —“Destrucción” es buen ejemplo de ello— como, en especial, los teclados, tal y como ocurre “Fuego”. Las canciones experimentan un salto compositivo que se hace latente con el empleo de estructuras más complejas, obligando a mutar el uso de distorsión por un tipo de arreglos más limpios y cuidados. El riesgo también se asume desde la parte vocal, con Santiago Barrionuevo exponiendo sin complejos las virtudes de su voz.
En cuanto al universo lírico, muchas frases siguen conservando ese espíritu casi de mantras, repitiéndose una y otra vez, pero esta vez deciden optar por un sendero más narrativo, como el que por ejemplo se aborda en El mundo extraño, y con unas letras que estrujan al máximo la belleza de la derrota.
Todos estos nuevos enfoques no impiden que, en conjunto, “La síntesis O’Konor” mantenga la esencia del quinteto argentino. Las guitarras ya no necesitan situarse en un primer plano —aunque hay brillantes excepciones como la ya citada “El mundo extraño”— para ser capaces de facturar grandes temas como son “El tesoro” o “Las luces”. Sin duda estamos ante la entrega más pop y trabajada de Él Mató A Un Policía Motorizado, un álbum que explora sin miedo nuevas fórmulas y sale victorioso de la búsqueda.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.