Seis años después de su último disco de estudio (las dos referencias previas llegaron en formato EP), James vuelven a escena con nuevo elepé. La principal evidencia que deja el regreso de la mítica formación de Manchester es que Tim Booth continúa luciendo como cantante excepcional en potencia y singularidad, a lo largo de un disco ligeramente irregular en el que canciones ampliamente convincentes como “Frozen Britain”, “Walk Like You”, “Moving On” o “Interrogation” comparten espacio con algún bajón del tipo de “Gone Baby Gone”. El álbum mantiene en cualquier caso un nivel notable, con la característica épica tintada de melancolía brillando como cualidad incorruptible del grupo en contraste con una puntual electrónica adoptada para la ocasión incapaz de aportar al conjunto. Aun alejado de las mejores obras del combo, “La Petite Mort” es sin duda una buena noticia para sus seguidores.
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