Los madrileños La Paloma ya despertaron interés con los cinco temas incluidos en el que fuese su primer EP, ‘Una idea, pero es triste’ (La Castanya, 21), certificando sensaciones no mucho después con esa retahíla de piezas que han venido ejerciendo como singles y adelantos del que ahora es su estreno en formato largo. Unas expectativas, por tanto, que resultan del todo asentadas en base a ‘Todavía no’, referencia que, definitivamente, contiene multitud de aspirantes a ejercer como sencillo sin riesgo de fallo.
El primer álbum de la banda puede (y debe) presumir de aunar pop y distorsión en meritorio equilibrio, resistiéndose a ceder protagonismo determinante a alguna de las que, en la práctica, resultan ser dos caras de una misma moneda. Una fórmula poco novedosa, pero que sigue funcionando cuando viene manejada por una formación que sitúa guitarras en primer plano mientras apura su olfato para dar con un tipo específico de estribillo que se acomoda en el oyente casi al instante. Es lo que sucede con la mayor parte de las once piezas que el grupo ha incluido en el elepé, con canciones que reclaman cierta inmediatez (o incluso urgencia), pero que tampoco renuncian a dejar algo de poso con su narrativa realista y desperezada.
“Sigo aquí” abre el fuego y resulta toda una declaración de intenciones, con ecos a Dinosaur Jr (influencia recurrente a lo largo de todo el minutaje) y también a Nueva Vulcano. Por su parte, “Algo ha cambiado” y “Todo esto” remiten a los argentinos El Mató a un Policía Motorizado y, en cualquier caso, lucen como dianas evidentes, mientras que “Tiré una piedra al aire” y “Cosas sencillas” son las composiciones más desvergonzadamente pop del lote. También destacan las verticales “No es una broma” y “Quejas célebres”, así como el acercamiento shoegaze de “Polvo” y la noventera “Caracola pálida” ejerciendo como acertado epílogo, al tiempo de cerrar ese círculo abierto en el inicio con la mencionada “Sigo aquí”.
El noise-pop esparcido a diestro y siniestro en ‘Todavía no’ posiciona a La Paloma en esa sección de la escena nacional horneada por otras formaciones más o menos recientes, del tipo de La Plata, Menta, Cala Vento o Camellos. El combo presenta candidatura para ser una las revelaciones de la temporada, con las certeras y contundentes maneras de su ópera prima como credenciales difícilmente esquivables. Y, de paso, llega a tan esperado momento bien rodado por escenarios de diferentes latitudes y pelajes, en lo que cabe interpretar como un plus de confianza.
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