Confirmado: Quique González se mueve mucho mejor en el terreno del country alternativo que en el del intimismo folk que marcaba claramente su anterior disco, “Kamikazes enamorados” (Varsovia, 03). Con las ideas más claras y con los sentimientos más escondidos, el músico madrileño ofrece en su quinto álbum trece temas viajeros sobre hoteles redondos, trenes llenos de humo, huidas y chicas que esperan bajo la lluvia.
Como pequeños guiones de una película que nunca rodará, Quique retoma el sonido de guitarras de “Personal” (Universal, 1998) y el regusto geográfico de “Salitre” (Universal, 01). Masterizado en Nashville por Richard Dodd (Tom Petty, George Harrison…), “La noche americana” permite definitivamente alejar a Quique de ese pop español enraizado con Los Secretos o Antonio Vega, para situarle cerca de los parámetros de Wilco o de Ron Sexsmith. Y sí, este disco no supone ninguna ruptura musical en su trayectoria, pero es más valiente, tanto en los textos como en las intenciones. Y aunque esto se perciba sólo a medias (demasiadas veces los temas recuerdan a otros de los que conforman su discografía) y suene algo monótono por momentos, este álbum no deja de ser emocionante y auténtico, algo que sólo son capaces de conseguir los verdaderos románticos.
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