Mirar hacia atrás sin ira es lo que hace la gente de Cosmen Adelaida en su nuevo disco. Mirar hacia atrás aprendiendo de los logros y de los errores, repasando esos flashes espectrales que aparecen en la retina cuando uno mueve la vista fugazmente de un lago a otro. Los madriñeños han pasado por una etapa de oscuridad (casi tres años separan “La foto fantasma” de su predecesor, “7 picos”, publicado también por El Genio Equivocado). Las cosas han mutado fuera y dentro (cambio de formación de por medio), aunque su filosofía y su imaginario siga las directrices que nos los descubrieron. En este disco mandan unas guitarras que suenan crispadas o sencillamente robustas cuando la canción las requiere así, mientras los textos giran alrededor de todos esos sentimientos tan humanos que compartimos los músicos y los no músicos (desde la pérdida a la rabia), pero con el corazón marcado a fuego por las cosas que quedan atrás, sean personas, sensaciones o sueños.
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